Una lluviosa tarde de viernes en julio de 2011 aparece muerto en su casa de Oslo Sander Mohr, el hijo de ocho años de una familia acomodada de la ciudad. Los padres, inconsolables, hablan con la psicóloga penal Inger Johanne Vik, amiga y compañera de instituto de la madre, que determina que la muerte se ha debido a un trágico accidente doméstico. Tan solo Henrik Holme, un joven agente recién graduado en la academia de policía, sospecha del padre. Sin experiencia, pero con una gran fuerza de voluntad y apoyándose en su instinto, se las arregla para convencer a Vik para que apoye su línea de investigación. A la sombra de los atentados terroristas que asolaron el país el mismo día que Sander murió y que monopolizan gran parte de los medios y del personal de los cuerpos de policía, poco a poco se irán desentrañando los secretos más sucios de la familia Mohr. La búsqueda de la verdad sobre la muerte del niño se convertirá en una confrontación brutal con los prejuicios, la vergüenza, la mentira, los fallos del sistema y la degradación humana.
Esta es la última novela de la serie Vik y Stubø (el matrimonio formado por Yngvar Stubø e Inger Johanne Vik) que acorde con el final que nos presenta la autora, la noruega Anne Holt, no va atener continuación.
El caso que nos presenta aquí, protagonizado principalmente por el policía novato y por Inger Johanne, sin apenas intervención de su marido, se adentra en el tortuoso mundo del maltrato infantil, una situación que sufren más pequeños de los que podría parecer y de la que es difícil hallar cifras exactas, probablemente porque sean enormes y que dan como resultado que, a pesar de los avances de los últimos años y de la toma de conciencia social, muy pocos de los agresores sean condenados.
Aparte de que la intriga que plantea pueda resultar más o menos atractiva para el lector, el libro puede interpretarse también como una llamada de atención a cada uno de nosotros: el maltrato infantil ocurre porque permitimos que ocurra. Porque no nos lo podemos creer. Porque lo más sencillo es mirar para otro lado.
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