A finales del siglo XIX, la mansión Amberson es la más fastuosa de Indianápolis. Cuando su dueña, la bellísima Isabel (Dolores Costello), es humillada públicamente, aunque de forma involuntaria por su pretendiente Eugene Morgan (Joseph Cotten), lo abandona y se casa con Wilbur Minafer (Don Dillaway). Su único hijo, el consentido George (Tim Holt), crece lleno de arrogancia y prepotencia. Años más tarde, Eugene regresa a la ciudad con su hija Lucy (Anne Baxter), y George se enamora de ella.
El guion de Orson Welles, que también dirigió el film, adapta la novela The Magnificent Ambersons, del estadounidense Booth Tarkington, ganadora en 1919 del Pulitzer en la categoría de ficción.
Melodrama familiar que contrapone las rancias costumbres frente a la modernidad, con dos amores que no tienen futuro.
Al parecer masacrada por un montaje ajeno a Welles que suprimió, nada menos que 50 minutos de película y optó por un final del gusto de los productores en busca de la complacencia del público.
A pesar de todo, una buena película.