CONFIDENCIAS DE MEDIA NOCHE (PILLOW TALK)

 

Brad Allen (Rock Hudson), compositor musical, y Jan Morrow (Doris Day), decoradora de interiores, se ven obligados a compartir temporalmente la misma línea de teléfono, lo que da lugar a continuas discusiones entre ellos, pues Jan necesita el teléfono para su trabajo y Brad lo utiliza para sus coqueteos, este es el motivo de que, aún sin conocerse personalmente, Jan odie a Brad. Un cliente y amigo de Jan, Jonathan Forbes (Tony Randall), resulta ser el mejor amigo de Brad. Jonathan pretende a Jan y quiere casarse con ella. Cuando Brad conoce a Jan por casualidad en un restaurante, se hace pasar por un ingenuo turista de Texas llamado Rex Stetson y la seduce. Pero Jonathan contrata a un detective privado para averiguar quién es Rex Stetson.

El guión desarrolla una historia del guionista y productor estadounidense Clarence Greene y de su socio Russell Rouse. Ambos escribieron muchas historias y guiones, entre las que destacó su trabajo en una serie de seis películas de cine negro.

Resulta llamativo observar un film en el que la protagonista, una mujer independiente, moderna y con autonomía económica, se ve sometida a los juegos caprichosos de un casanova en una historia que hoy sería calificada de machista sin contemplaciones, como llamativos resultan algunos diálogos homófobos en los que interviene Hudson, lo que no deja de ser curioso dada su condición sexual entonces desconocida por el gran público.

Desde luego no es la mejor película de ambos actores principales, pero es de esos films que te dan lo que prometen, lo que imaginas cuando te aprestas a verlos, con ese humor blanco y sencillo de la época que hoy nos parece ingenuo.

Hay una curiosa anécdota alrededor de esta película que atañe exclusivamente a España: En la madrugada del 20 al 21 de julio de 1969, TVE estaba emitiéndola mientras se esperaba el alunizaje del Apollo 11. Cuando se iba a producir la histórica llegada del primer hombre a la Luna, TVE interrumpió la emisión y conectó con Mundovisión. Los televidentes españoles se quedaron sin ver el final de la película, que no fue repuesta, esta vez completa, hasta 1999. Fue la noche en que Jesús Hermida interrumpió a Doris Day.