miércoles, 13 de abril de 2022

ACCIÓN EJECUTIVA

 


Tomando como base datos y hechos que son verídicos, la película imagina cómo pudo haberse preparado y llevado a cabo el famoso atentado que acabó con la vida del presidente John Fitzgerald Kennedy. Una dramatización, como decimos imaginaria, en la que un grupo encubierto de agentes de inteligencia sin escrúpulos, políticos ultraconservadores, intereses comerciales codiciosos y asesinos independientes se alarman cada vez más por las políticas del presidente y deciden librarse de él mediante una "acción ejecutiva" que utiliza tres equipos de francotiradores bien entrenados durante la visita de JFK a Dallas, culpando al supuesto agente de la CIA Lee Harvey Oswald como el único asesino.


La figura del presidente Kennedy, el primer católico en acceder al cargo, ha sido idealizada y mitificada, en buena parte merced a su trágico final, pero esa imagen de político querido y amado por su pueblo que muchos tienen ahora de él, no se corresponde exactamente con la realidad, al menos no con toda la realidad. Una parte, en absoluto despreciable, de sus compatriotas, entre ellos integrantes de ciertas élites, opinaban que Kennedy era en exceso tolerante con el comunismo y que protegía demasiado a los negros; que su proyecto de Ley Anti-Trust perjudicaba gravemente a grupos económicos muy poderosos y que la revisión de la Tasa sobre el consumo de petróleo provocaba inseguridad. Tampoco resultaba satisfactorio para algunos el veto a la C.I.A. que le prohibía colaborar con las multinacionales en la colonización de otros países. A partir de todo lo anterior se aventura una hipótesis sobre la conspiración y el atentado que le costó la vida que constituye la base del guión del film, obra de Dalton Trumbo sobre una historia de Donald Freed y Mark Lane.


Intercalando algunas imágenes reales, sobre todo de fragmentos de discursos de Kennedy y de Martin Luther King, esta modesta producción abrió camino a otros films que abordaron el tema de la teoría de la conspiración alrededor del asesinato del mandatario norteamericano. La película nos advierte desde el inicio de que se trata de una historia que no es real aunque tome hechos de la realidad misma, que es una ficción, pero que las cosas pudieron haber sido así. La mayoría de la narración discurre entre diálogos de los conspiradores, muy interesantes en ocasiones, con un guión bastante bien trabajado. Contemplamos también los supuestos entrenamientos de quienes van a ejecutar el magnicidio y nos vemos envueltos por una historia que resulta atractiva para el espectador, con interpretaciones convincentes, buen planteamiento y adecuadamente desarrollada.
De cualquier modo, como sabrán quienes conozcan la historia de aquellos años y aquellos acontecimientos, hubiera resultado bastante improductivo, hablando en términos egoístas para quienes lo hubieran patrocinado, el asesinato de Kennedy, pues buena parta de sus proyectos pendientes fueron llevados a término por su sucesor y entonces vicepresidente, Lyndon B. Johnson




2 comentarios:

  1. Fue una película muy atrevida en su momento. Kirk Douglas contribuyó económicamente para que el proyecto saliese adelante. Por otra parte, supuso la última aparición cinematográfica de Robert Ryan, quien murió de cáncer apenas unos meses antes del estreno.

    ResponderEliminar