miércoles, 30 de diciembre de 2020

LA BALADA DE CABLE HOGUE

 


El explorador Cable Hogue (Jason Robards) es abandonado en medio del desierto por sus crueles compañeros Taggart (L.Q. Jones) y Bowen (Strother Martin), que le arrebatan la montura, el rifle y las provisiones. Después de caminar bajo un sol implacable durante cuatro días, cuando ya está al borde del colapso, nota que sus botas están húmedas, lo que indica que ha encontrado un lugar donde hay agua. Está en el sitio correcto para establecer una parada de descanso muy necesaria en la línea de diligencias locales, y Hogue decide sacar provecho a su hallazgo. Construye una casa y gana dinero con los pasajeros de la diligencia. Hildy (Stella Stevens), una prostituta de un pueblo cercano, se va a vivir con él. Hogue tiene todo a su favor hasta que la llegada del automóvil pone fin a la era de la diligencia.


Stella Stevens decía que Sam Peckinpah siempre se refería a esta película como una comedia y que ella le rebatía: No es una comeda, Sam, el protagonista muere al final y eso no es una comedia. Pero creo que el bueno de Peckinpah sabía de sobra lo que decía, esta triste Balada de Cable Hogue es cómica hasta para retratar la muerte, a más de toda una alegoría sobre el final de un tiempo determinado y es que si hay un film de esos que se han dado en llamar Westerns crepusculares (¿han advertido que cada vez se califica a más películas del oeste con este adjetivo, o es cosa mía?), es este (bueno, ya lo sé, hay más, pero es que este lo es a conciencia). La llegada del automóvil significó el fin de un tiempo y el de estas personas que vivían de un determinado modo, libres y alejadas de la civilización. No es extraño que fuera la película favorita de su realizador, porque es, en cierto modo, un film cargado de intimismo y Cable Hogue viene a ser, en algunos sentidos, una especie de alter ego de Peckinpah.


La producción de la película se retrasó durante semanas a causa del mal tiempo y cuando se suspendía la filmación, Peckinpah y el resto del equipo, bebían. Cuando finalmente acabó el rodaje, la factura del bar, ascendió a más de 70.000 dólares. Además, el realizador californiano, despidió a 36 personas durante los 36 días que duró el rodaje, hasta el punto de que había alguien del equipo cuyo trabajo era encontrar y facilitar medio de transporte a quien fuera despedido. Detalles como este, unidos a los 3 millones de dólares que hubo que añadir al presupuesto inicial y a lo caótico del rodaje, dañaron para siempre las relaciones entre Peckinpah y la Warner, viéndose obligado a viajar a Inglaterra, donde rodaría Perros de paja. De hecho, la productora, según Stella Stevens, no lanzó la película, la tiró al mercado.
Creo que es de esos films a los que el trascurso del tiempo ha colocado en su lugar, sin ser una película de culto, han sido reconocidos algunos de sus valores: las espléndidas actuaciones de Jason Robards y Stella Stevens, con un grupo de secundarios detrás, de los que ya no hay o no se estilan en las producciones actuales; una fotografía esplendorosa y una magnífica partitura musical del gran Jerry Goldsmith (solamente consiguió un Oscar, pero estuvo nominado, nada menos que en 17 ocasiones). A todo ello, añadir la propia historia en sí, fuera de los habituales tópicos del género, con algunos diálogos geniales y un sentido del humor que nos hace tomar a chufla las llamativas (por inusuales y fuera de lugar) imágenes a cámara rápida (tan del cine mudo) o los zooms al canalillo de la protagonista, sin que por ello pierda dureza, incluso crueldad, pero con un tono de melancolía casi poético que hacen de este retrato de un salvaje oeste que agoniza, un relato inolvidable.




8 comentarios:

  1. Está presente todo el lirismo de Peckinpah aunque quede un poco disimulado por el tono de comedia.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Ese tono crepuscular al que aludes (y sí, no eres tú sólo: yo también creo que últimamente se abusa en exceso de dicho calificativo) ya estaba presente en filmes anteriores de Peckinpah como "Duelo en la alta sierra" (1962).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es cierto, solo que aquí parece que es parte intrínseca del film.

      Eliminar
  3. Me pregunto si esta película tendrá éxito en el mercado considerando la controversia detrás del rodaje. A veces, una película tendrá éxito después de generar chismes deliberadamente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, creo que en aquella época (hace ya 50 años), no se generaban chismes con la misma deliberación que ahora, que parece que ya tienen su apartado en las campañas de marketing.

      Eliminar
  4. Hola Trecce!
    Hace muchos años que no he vuelto a verla, pero ese detalle de la cámara rápida si que me suena.
    Gracias por traerla, saludos!

    ResponderEliminar