viernes, 25 de diciembre de 2020

EL AMOR ES EXTRAÑO

 


Cuando en 2011 se legaliza en Nueva York el matrimonio homosexual, Ben (John Lithgow) y George (Alfred Molina), que llevan 39 años juntos, deciden casarse. Poco después, despiden a George de la escuela católica donde enseñaba música, y pierden su piso en Chelsea, víctimas del implacable mercado inmobiliario. Una pareja gay de policías, que vive en su mismo portal, acoge a George, y Ben se va a vivir a casa de su sobrino, en Brooklyn. El verse obligados a vivir en casas ajenas, el esfuerzo por ser amables, la preocupación por un futuro incierto o las tensiones generacionales, son motivos de estrés para todos.


Es de agradecer que de cuando en cuando, el cine nos traiga una historia romántica en que los protagonistas no son jóvenes o tías y tíos guapos y resultones, sino, como es el caso, dos personas ya en la última etapa de su vida, cuyo atractivo, de tenerlo, está más dentro de ellos que en el aspecto físico. Ben y George son tipos cultivados, es cierto, pero por lo demás, forman parte de ese grupo en que militan o militamos el común de los mortales. 
Ira Sachs, director y coguionista del film, judío y abiertamente homosexual, casado y padre de familia, conoce bien el terreno que pisa, pero más allá del asunto de la homosexualidad de la pareja protagonista, el film nos trae otros mensajes sobre la diferencia generacional (son muy curiosas y reveladoras de estas diferencias las conversaciones entre George y los jóvenes policías que le acogen); las dificultades de la convivencia con personas que no forman parte del estricto ámbito familiar (todos estamos dispuestos a echar una mano y, en último caso, alojar a alguien querido de forma temporal, pero cuando van pasando los días, aparece la incomodidad) o en tal ámbito propiamente dicho; la hipocresía social (la Iglesia tolera a George como profesor, pero le despide de una de sus escuelas cuando exterioriza su condición sexual)... La historia resulta temendamente tierna, pero sin renunciar a contarnos la inquietud y malestar que provoca la situación coyuntural de Ben y George, sin llegar a caer en la exageración.


El guión, a mi modo de ver, es algo flojo en algunos tramos, pero aunque solo fuera por ver la gran actuación de los dos protagonistas, merecería la pena ver esta película, con un Alfred Molina soberbio que con un solo gesto, una simple mirada, transmite más que con veinte páginas de diálogo y, como guinda, siempre resulta un placer ver interpretar a Marisa Tomei
Una película reveladora, un drama salpicado con gotas de humor, con una historia que nos resulta absolutamente creíble, personajes a los que cogemos cariño y concedemos nuestra comprensión de inmediato y una escena final que resulta un tanto desconcertante para algunos, aunque yo interpreto que quiere transmitir esperanza en el futuro y que, sobre todo, nos deja una estampa de postal muy bonita estéticamente.




10 comentarios:

  1. Hola.
    No conocía la película pero tiene pinta de ser muy interesante.
    Por cierto, acabo de encontrar tu blog y me quedo por aquí. Te invito a pasarte por el mío.
    Nos leemos.

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  2. Otra peli que añado a mi lista de, "ya si eso la veo algún día de estos".
    😅

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  3. Que tal Trecce!
    Pues me has convencido, me la apunto.
    Saludos!

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  4. También la apunto a la lista de cosas para hacer en 2021, si las circunstancias lo permiten, que no conviene hacer esa lista muy larga.

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  5. Sinceramente, quiero ver una película que plantee la psique o la psicología de los personajes.
    Aunque una película con un tema como este todavía se considera tabú en mi país, intentaré encontrar la película en Internet.

    Felices vacaciones de fin de año, amigos

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    Respuestas
    1. Supongo que no te será difícil de encontrar.
      Felices días para ti también.

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