viernes, 23 de enero de 2015

EL ABUELO QUE SALTÓ POR LA VENTANA Y SE LARGÓ

Allan Karlsson (Robert Gustaffson) es un anciano que vive solo, con la única compañía del gato "Molotov", al que un mal día, el zorro que ronda el gallinero, ataca y mata.
Si de algo sabe Allan es de explosivos, así que prepara una trampa con dinamita y salchichas como cebo, para hacer saltar al zorro por los aires. Como dice él, la onda expansiva de aquella explosión le envió directamente al geriátrico, donde transcurren de manera monótona sus días, hasta que llega aquel en el que cumple los 100 años.
El personal del centro, se afana por preparar un festejo para agasajar a Allan, pero éste, haciendo honor al título del film, salta la ventana de su cuarto y deja plantados a todos, que no tienen ni idea de dónde puede haber ido.
Allan, mientras tanto, llega a la estación de viajeros de la ciudad y saca un billete de autobús a cualquier lugar con las pocas monedas que lleva encima. Mientras espera la inminente llegada del vehículo que ha de llevarle, aparece en la estación un tipo violento que le obliga a cuidarle su maleta en tanto entra en el servicio.
El autobús llega a tal tiempo y Allan monta en él con la maleta, cuando el joven sale del retrete, ya no está su maleta que esconde una millonaria cantidad de dinero procedente de algún negocio turbio. Se inicia una persecución que dará lugar a situaciones jocosas.


El guión se basa en el best seller del mismo título del sueco Jonas Jonasson, del que se vendieron millones de ejemplares.
Entramos aquí en la eterna discusión que se produce al adaptar novelas a la pantalla, sabemos la dificultad que entraña el asunto y el debate que se genera.
En este caso, las diferencias con el libro son notables, no tanto en el espíritu del mensaje, que yo pienso que se recoge bastante bien, sino en la manera de transmitirlo y en que desaparecen algunos episodios de la vida de Allan que están presentes en el libro.
Y es que el film se desarrolla en dos niveles superpuestos, por un lado, la historia de la maleta del dinero y los enredos a que da lugar, referidos en tiempo presente y, por otro, los flashbacks en los que Allan rememora los personajes con los que ha coincidido a lo largo de su vida y los momentos históricos en los que participó o fue espectador privilegiado.
La película hace un repaso crítico a algunos de los acontecimientos más relevantes del pasado siglo, desde las controvertidas campañas de esterilización suecas, hasta la caída del Muro de Berlín, con ese peculiar humor que utiliza que algunos no entenderán o hasta les sentará mal, pero es que por muy revestido que esté de despreocupación y chascarrillo cutre (deliberadamente cutre, añado), no deja de ser humor negro.
Es una lástima que no hayan incluído los episodios de la entrevista con Mao o con el líder coreano Kim Jong-Un, pero por otra parte, no tiene desperdicio  la escena en que aparece Franco bailando sevillanas, quizá una de las parodias más desternillantes que se han hecho de su figura por lo que tiene de estrambótico.


A mí me ha recordado en algunos aspectos y en la estructura, salvando todas las distancias, los episodios de Harry Flashman y mucha gente no puede dejar de compararla con Forrest Gump (otra novela adaptada).
Creo que la historia funciona como comedia, que es lo que pretende; el enredo de la maleta, sirve de hilo conductor y, además de divertido, por lo absurdo, mantiene el interés del espectador.
Aunque claramente mejorable en algunos aspectos, que podrían haber dado bastante más de sí, resulta un film curioso, diferente y divertido que merece la pena ver.




6 comentarios:

  1. No lo he visto, pero sí he leído la novela que me pareció desigual, y al final llegó a cansarme, quizás por eso le doy largas a ver la película.
    Saludos.

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    1. La película también tiene momentos logrados junto a otros no tanto. Quizá la mayor curiosidad está en contemplar el tipo de humor que se hace en estos países.

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  2. Coño menuda vitalidad que tiene el pájaro para tener cien años. Ahora sólo por ver a Franco bailando sevillanas, ya merecerá la pena.

    Saludos Trecce, y buen fin de semana.

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    1. Como todo en la película es pura caricatura, hay que tomárselo a risa.

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  3. Leí cuando salió la novela y disfruté como un enano con cada capítulo. Es un libro genial. Imagino que la peli también será divertida.

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    1. No está mal, aunque como comento, han prescindido de alguno de los capítulos del libro.

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