lunes, 12 de enero de 2015

MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA

Stanley Crawford (Collin Firth), es un reputado mago de fama mundial, éxito rotundo y trucos deslumbrantes, sin embargo se trata de una persona que en nada cree salvo en aquello que tenga una explicación clara y racional, para él, cualquier cosa que carezca de lógica, es más que probable que sea un artificio, un simple truco.
Su amigo de toda la vida Howard Burkan (Simon McBurney), ha ido a ver su actuación en Berlín y le visita posteriormente en su camerino para felicitarle efusivamente, sobre todo por su último truco y, al tiempo, convencerle para que posponga sus vacaciones en las Galápagos y le acompañe a la Costa Azul, donde una familia conocida suya, los Catledge, están influenciados por una tal Sophie Baker (Emma Stone), una espiritista que ha logrado conseguir que la abuela de la familia y el joven heredero, crean a pies juntillas en sus vaticinios.
Burkan fue llamado por los padres de Brice Catledge (Hamish Linklater) para que desenmascare a la supuesta médium, pero afirma que, no sólo no lo ha conseguido, sino que algunas de las visiones de Sophie, le tienen desconcertado y está llegando a pensar que sus poderes son auténticos, por lo que desea que Stanley, el mejor a la hora de descubrir a los fingidos espiritistas, eche un vistazo al trabajo de Sophie.
Stanley le acompaña para, de paso, visitar a su tía Vanessa (Eileen Atkins), con la que está muy unido. Cuando conoce a Sophie queda cautivado por sus ojos y su franca sonrisa y sorprendido por algunas de las cosas que ella le va diciendo sobre su pasado y el de su tía, que nadie podría conocer, así que acaba reconociendo el error del escepticismo en que vivía y convoca una rueda de prensa para proclamar la veracidad de los poderes de Sophie.
¿Pero esto es realmente así?


Como un cronómetro, Allen comparece en su cita anual, algo que da pábulo a un sin fin de comentarios, por un lado los que certifican su defunción por enésima vez y reclaman su retirada definitiva para no emborronar más su hoja de servicios; por otro aquellos a quienes su cine no gusta y, sencillamente, se regodean de que algunos de estos films no sean gran cosa y, por último, quienes asistimos con expectación a la nueva entrega, anhelando otra buena película o, en su defecto, conformándonos (¡a ver qué remedio!) con algún momento brillante, como los curristas en la Maestranza.
Este no creo que sea un trabajo que figure en las antologías.


Rodeado de un grupo de actores que se desempeñan bastante bien en sus papeles (otra cosa es que el guión no de para más), con la elegancia de fondo y forma de Collin Firth y el encanto de Emma Stone (ya está trabajando con ella en su nueva película) como epicentro de una historia que tiene por marco los felices 20, con una puesta en escena sofisticada y un vestuario que está a la altura del atrezzo (coches de época, mansiones a la orilla del mar, naturaleza exuberante y cuidada, todo estupendo y muy llamativo). De todo ello saca estupendo partido su director de fotografía, Darius Khondji, retratando la luz del mediterráneo y aprovechando el sol para sacar bonitas estampas con el pelo de Stone convertido en hilos de oro.
De lo que Allen quiera contarnos, aparte de lo que se ve, pues podemos sacar unas cuantas lecturas, desde la más simple, aquella de que el amor todo lo puede y que la magia es necesaria para vivir con ilusión una vida que, de otra forma, se convierte en algo vacío y tedioso; hasta otras más profundas que el realizador y guionista va dejando caer a lo largo de la narración, quizá la principal, lo fácil que resulta engañar a la gente que está predispuesta y lo sencillo que resulta hacer resaltar los aciertos sobre los errores, para personas que tienen encanto y dotes de persuasión.
Si quieren Vds., pueden trasladar esto a la vida cotidiana, la cantidad de embaucadores que nos rodean, lo bien que se lo tienen montado y la cantidad de idiotas que aplauden (que aplaudimos) sus engaños, perdonándoles de todo corazón que nos hayan engañado y deseando que lo hagan de nuevo. ¡Y encima, les pagamos!


Una comedia romántica al más clásico estilo del género, con final feliz y todo, con un argumento que tiene un punto de brillantez a la hora de elaborar el elemento sorpresa y poco más, para una película que, repito, para mí no estará entre las recordadas cuando hablemos de Woody Allen.


6 comentarios:

  1. No me ha gustado demasiado. Vamos a coincidir en la publicación de la reseña a la vez jajaja

    ResponderEliminar
  2. Me apetece verla aunque solamente sea por el gran Colin Firth, la crítica no la ha puesto muy bien así que seguramente sea un agradable entretenimiento que es de lo que se trata en el cine por mucho que defiendan como "de culto" auténticos bodrios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando uno la ve como vas a hacerlo tú, sabiendo que no debe albergar demasiadas expectativas, hasta se puede disfrutar. Como bien dices, un rato de entretenimiento.

      Eliminar
  3. No la he visto, pero el actor protagonista, me gusta como trabaja.

    Saludos Trecce.

    ResponderEliminar