Wong Chi-Ming (Leon Lai) es un asesino a sueldo cansado de su trabajo que se plantea dejarlo. La mujer que limpia su apartamento, es también quien le consigue los trabajos y, aunque nunca se ven, ella está enamorada de él y le pide, como un favor, que lleve a cabo un último trabajo. Intercalándose con esta historia nos encontramos con un joven mudo que ha pasado por la cárcel, He Zhiwu (Takeshi Kaneshiro), que viviendo con su padre tiene una difícil existencia debida a su deficiencia física. Sus días transcurren entre diversos trabajos nocturnos y servir de consuelo a Charlei (Charlie Yeung) una joven engañada por su novio.
Originalmente, buena parte del argumento estaba destinado a ser el tercer segmento de la película anterior de Wong Kar-Wai, Chungking Express (1994), antes de que finalmente decidiera que la película estaba completa únicamente con las historias de los dos policías. El tercer segmento se amplió a un largometraje que se convirtió en este film.
No resulta mal ejercicio verlas seguidas y apreciar las conexiones que hay entre ambas: Algunos pensamientos de He Zhiwu son a veces líneas de la película Chungking Express; hay una escena en la que se le ve trabajando en el Midnight Express, uno de los lugares clave del film anterior; el McDonald's que visitan con frecuencia Wong Chi-Ming y Blondie (Karen Mok) (y donde se conocen por primera vez) es exactamente el mismo restaurante visitado por el policía 663; la voz en off que nos transmite el pensamiento de He Zhiwu, nos cuenta que se quedó mudo cuando era un niño, tras comer el contenido de una lata de piña caducada...
Rodada íntegramente en ambientes nocturnos, de nuevo el realizador hongkonés nos acerca a personajes solitarios y marginales, con una fotografía de Christopher Doyle, que contribuye a la sensación de cierta irrealidad, jugando con colores y texturas y ángulos de cámara imposibles que hacen del film una maravilla visual, con algunos planos fijos de larga duración y algunas tomas arriesgadas que no convencerán a todo el mundo.
Pocos diálogos y casi constante presencia de la voz en off de los personajes que nos introduce en sus pensamientos y formas de ser y actuar. El contrapunto a la historia oscura del asesino, lo pone el personaje de Takeshi Kaneshiro, disparatado y con momentos de humor con tinte negro, para mi gusto, el más atractivo de la narración.
Aunque no discuto la calidad que esta película en concreto pueda tener, lo cierto es que ante muchas producciones asiáticas suele asaltarme una sensación de déjà vu.
ResponderEliminarEso pasa de vez en cuando en el cine en general.
EliminarAunque sabemos que el nombre es el mismo (Midnight Express), ¿sabemos con seguridad que se trata del mismo edificio? obvio se parecen mucho, pero realmente tengo la duda.
ResponderEliminarYo no he estado allí, así que no puedo asegurarlo al cien por cien, pero, según lo que he leído, es el mismo.
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