viernes, 2 de junio de 2023

FAT CITY, CIUDAD DORADA

 


Bill Tully (Stacy Keach), un veterano púgil en decadencia que sobrevive trabajando como jornalero agrícola, acude al gimnasio en el que practica esporádicamente y allí conoce a Ernie (Jeff Bridges), un muchacho que quiere ser boxeador y, tras "hacer unos guantes" con él, se lo recomienda a su antiguo mánager.


El guión, de Leonard Gardner, adapta su propia novela "Fat City" ambientada en su ciudad natal de Stockton (California), considerada todo un clásico del género sobre el mundo del boxeo.
Esta fue la única película sobre boxeo que dirigió John Huston, que había sido boxeador en su juventud. De hecho, algunos viejos compañeros de sus años de púgil, fueron llamados por él para participar en pequeños papeles secundarios.


No se si se podrá ver en el cine un combate más triste que el de Tully contra Lucero (Sixto Rodríguez), el maduro púgil mexicano que viaja en autobús, duerme en moteles baratos, orina sangre y al que no oímos pronunciar ni una sola palabra. El abrazo cuando acaba la pelea, no es el del púgil que gana o el del perdedor que reconoce su derrota, es el de dos perdedores, porque aquella pelea no tiene triunfadores. Mientras Tully celebra su victoria, por la que va a recibir unos míseros 100 dólares, vemos a Lucero enfundado en su elegante traje marrón, como manteniendo su dignidad, abandonando sin compañía alguna el palacio de deportes, las luces se van apagando a su paso mientras recorre los pasillos hacia la salida.


Aquí no hay tongos, ni mafiosos, ni combates amañados, solo púgiles que nunca van a llegar a ser nada, entrenadores y promotores de tres al cuarto, un mundo de fracasados cuyas pertenencias caben en una caja de cartón.
Una mirada cruda, pero llena de afecto sobre el mundo del boxeo y los boxeadores de tercera fila. Película que apenas se cita en la filmografía del realizador de El Halcón Maltés o La reina de África, pero que es un trabajo hecho con maestría, una historia convincente respaldada por buenas actuaciones encabezadas por un excelente Keach.




16 comentarios:

  1. Hola Trecce!
    Una extraordinaria e irrepetible película que incluiría en mi lista de favoritas. ¡Como es esa escena inicial!, Casi podemos sentir el olor de esa habitación en donde se nos presenta a Stacy Keach, a mi me parece uno de los mejores arranques que he visto jamás.
    Es tremendamente difícil recrear ciertas atmosferas y dar vida a determinados personajes, aquí me atrevería a decir que se alcanza la excelencia en ambos casos. Estas en lo cierto, se la menciona poco y merece ser reivindicada, una autentica delicia para quienes la descumbre y un absoluto deleite para quienes volvemos a ella de vez en cuando.
    Saludos y buen finde!

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    1. Tiene algunos momentos realmente brillantes.

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    2. Acabo de ver la escena inicial en Youtube... es buenísima.

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    3. Un retrato completo del protagonista en un solo plano.

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  2. Un filme de tono crepuscular en torno a la cara oculta del mundo pugilístico.

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  3. Me encantólo que dices porque se ve que es cruda, la realidad monda y lironda de la mayoría de los púgiles.

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    1. Una triste realidad alejada de los estereotipos que muestran algunos otros films.

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  4. Excelente película de Huston, me imagino que con cierto toque autobiográfico de su época como boxeador. Grandes interpretaciones para una película triste, pero inolvidable.

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    1. Yo también supongo que el maestro volcó aquí algunas de las cosas que vio y vivió en su época de púgil.

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  5. No me suena el título 🙈. Y por como describes la peli, la apunto.
    Un saludo!

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    1. Pienso que es de esos films para disfrutar de algunos de sus momentos.

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  6. Hola, Trecce
    Mi esposo que, al parecer, sabe mucho de cine, me ha dicho que John Huston, ha dirigido alrededor de 47 películas lo cual lo ha posicionado como uno de los grandes directores de la Historia.
    Según narras, la historia que presenta el film es muy triste; quizás sea la dura realidad de mucha gente de las cuales nunca tenemos noticias.
    Feliz semana, un abrazo.

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    1. Por lo general, conocemos las historias de los triunfadores, pero la gran mayoria se quedan en el camino y su historia se parece bastante a lo que cuenta el film.

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  7. Huston se acercó en esta ocasión a un mundo que él conocía muy bien (como se apunta en el post, fue boxeador antes que guionista y realizador) y partiendo de ahí, realizó una indiscutible obra maestra profundamente sentida, sincera y hermo­sa. Poesía de la terquedad, el fracaso, la soledad, el olvido y la desesperación, formulada en imágenes tersas y justas, iluminadas por el formidable Conrad Hall y el aplanador sol de Stockton. Pocas veces, el que esto escribe, recuerda haber sido golpeado desde la pantalla con tanta fuerza como con ese repen­tino, leve zoom (en la última secuencia de la película) hacia el rostro de Tully (Stacy Keach) apoyado en la barra del bar, rodeado de rostros desecados, acabados e indiferentes, tomando conciencia de sí mismo, de su final.

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    1. El lenguaje cinematográfico es de primer nivel y tiene unas cuantas escenas de maestría singular.

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