martes, 22 de noviembre de 2022

MEMORIAS (EULALIA DE BORBÓN, INFANTA DE ESPAÑA)

 

Doña Eulalia de Borbón, hija de la reina Isabel II y del rey consorte Francisco de Asís de Borbón, aunque como ocurre con otros vástagos de este reina, su patenidad está en cuestión (al parecer, su padre biológico era Miguel Tenorio de Castilla, secretario de su madre, con el que mantuvo una relación de seis años). Relativamente agraciada, rubia, de ojos azules y buena figura, siempre se caracterizó por su forma de ser independiente y rebelde, dentro de lo rebelde que uno pueda ser en una familia de este tipo si quiere conservar ciertos privilegios. 
Persona culta, escribió un libro Au Fil de la Vie ("Al hilo de la vida", publicado en 1911 en Francia bajo el seudónimo de 'Condesa de Ávila'), el libro estuvo prohibido en España y es curioso leer la correspondencia entre ella y su sobrino y rey de España, Alfonso XIII, en el que le reprocha que se prohíba una publicación sin haberla leído. Según quienes lo han hecho, es una obra adelantada para su tiempo, al menos en España y puede considerarse de corte feminista y muy moderna, ya digo que para el momento. Puede que en la controversia con su sobrino pesara el hecho de que ese mismo año, Eulalia, entonces residiendo en París, se separó legalmente del que era su marido (algo que llevaba persiguiendo desde 1900, cuando solicitó la anulación del matrimonio al Vaticano), en lo que constituyó el primer divorcio (aunque como tal no estaba aún reconocida esa figura legal) en la familia real española y logrando recuperar la gestión de sus bienes y pactando la custodia de sus hijos. Hitos muy poco habituales a comienzos del siglo XX para una mujer. Con posterioridad publicó también, esta vez en Inglaterra, Court Life from Within (La vida en la corte desde dentro, 1915). Ya en los años 30 vio la luz el libro que nos ocupa, estas Memorias, en las que Eulalia, infatigable viajera, cuenta sus recuerdos. Y es que más allá de su controvertido viaje a América representando a la Corona, en el que visitó Cuba, Puerto Rico (aún españolas) y EE.UU., tras el cual expresó su absoluta convicción de la próxima independencia de las colonias, la infanta recorrió Europa y trabó amistad con algunos de los que serían los máximos representantes de las monarquías europeas.
En estas memorias, relata el nacimiento de su sobrino Alfonso XIII y, no sólo el regocijo, sino también el alivio que supuso la venida al mundo del heredero de la corona. En un Palacio de Oriente en el que se habían reunido los grandes de España, los embajadores, senadores, altos jefes militares y representantes del clero. Por primera vez en la Historia, había nacido un rey, ya que al haber fallecido su padre, el pequeño Alfonso lo era desde el mismo instante de su nacimiento, día en que se reunieron las Cortes y proclamaron a Alfonso XIII, Rey Constitucional.  
En el libro también relata su viaje a Inglaterra en 1887, para rendir homenaje a la reina Victoria que celebraba el jubileo de su medio siglo como soberana. Allí conoció a representantes de las casas reinantes, buena parte hijos o nietos de la propia Victoria e intimó con casi todas las testas coronadas de Europa: El futuro zar de Rusia, Nicolás; el príncipe heredero de Alemania, Federico, con su hijo Guillermo o el príncipe de Nápoles, Víctor Manuel, todos ellos alojados en el Palacio de Windsor. De esa fecha data su intimidad con el futuro Kaise Gillermo, entonces un mozalbete y con el que mantendría su amistad hasta después de su caída y seguiría visitándole en su exilio holandés.
Es curioso como retrata otros aspectos, si no desconocidos, sí más cercanos de estos personajes a los que trató, en algunos casos despojados de su faceta pública, éste es quizá el mayor interés de la publicación junto a los aparentemente pequeños detalles que muestran cómo Europa estaba cambiando una vez pasadas las revoluciones y la Gran Guerra, no solo por la desaparición de algunas monarquías o los cambios en los sistemas de gobierno, sino en el conjunto de la sociedad, como por ejemplo, cuando refiere una de sus primeras visitas a Venecia, antes de todas estas  convulsiones, según relata, la ciudad aún conservaba su delicioso ambiente medieval. Cantaban entonces los gondoleros —prosigue— para animar su esfuerzo y no para atraer a los turistas, y la profanación artística de las lanchas a motor no se sospechaba todavía.



4 comentarios:

  1. Hola.
    Fíjate que no es un libro que yo habría escogido, y lo has explicado de una forma que me ha entrado curiosidad. Y esa Venecia con ambiente medieval tienta mucho.
    Muy feliz martes.

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    1. Lo leí por casualidad, tampoco me hubiera resultado atractivo de no ser por eso, una casualidad.

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  2. Un carácter intrépido en una época convulsa como la que le tocó vivir a la autora dan como resultado un relato de lectura deliciosa.

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    1. Intrépida sí, pero dentro de un orden. Cuando su sobrino le retiró la asignación que recibía, se mostró sumisa, incluso servil. Y sus últimos años los pasó en Irún, en un inmueble propiedad del estado, con derecho a chófer y coche oficial, ya en época de Franco.

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