lunes, 12 de octubre de 2020

LA BODA DE ROSA

 


A punto de cumplir 45, Rosa (Candela Peña) se da cuenta de que ha vivido siempre por y para los demás y decide mandarlo todo a paseo y tomar las riendas de su vida. Pero antes, quiere embarcarse en un compromiso muy especial: cumplir su sueño de abrir su propio negocio. 
Pronto descubrirá que su padre, sus hermanos y su hija tienen otros planes, y que cambiar de vida no es tan sencillo si no está en el guion familiar. Casarse, aunque sea con ella misma, va a ser lo más difícil que haya hecho nunca.


Comedia sencilla pero con más reflexiones de lo que una lectura apresurada pudiera sugerir. Desde las ataduras de la mujer a los problemas y responsabilidades familiares, hasta cierto menosprecio social a quienes no tienen una familia tras de si, pues parece que aquellos que navegan por la vida libres de las ataduras familiares que suponen los hijos, no tienen derechos, como si todos los derechos fueran para quienes tienen hijos y los que no, han de apechugar con verse ignorados o privados de ciertas concesiones.


Salvando las distancias, la película tiene algo de berlanguiana, empezando por la ambientación, en el levante español y terminando por la propia historia en sí, con un punto de surrealismo que a veces se torna en cierta incongruencia. 
Personajes no del todo bien construídos, pues supongo que su realizadora y coguionista, Iciar Bollaín, pretende hacer ver que algunos de ellos cambian el concepto que tienen de la protagonista a medida que son conscientes de lo que ha soportado en su vida, pero no está bien conseguida esta transición en la forma de ser y pensar de algunos de los secundarios que da la impresión de que evolucionan por conveniencia del guión, pero de una manera un tanto forzada y caprichosa. A lo largo de la película contemplamos algunas situaciones chuscas y el sentido del humor impregna el tono general para rematar en un final muy happy end, con música de fondo y alegría generalizada aunque con un regusto amargo. Entretenida de ver.




2 comentarios:

  1. Tiempo al tiempo, y se permitirá el matrimonio con uno mismo, aunque difícil decidir si en régimen de gananciales o separación de bienes.
    Aplicable a personas con doble personalidad.

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