MARISOL RUMBO A RÍO

Marisol tiene una hermana gemela llamada Mari Luz, que vive desde hace tiempo en Río de Janeiro. Tras vender los muebles de su casa para poder comprar los billetes, Marisol y su madre se trasladan hasta Brasil, anhelando un reencuentro que resulta triste al comprobar que Mari Luz es una chica cursi y engreída.

Ya tenemos a Marisol convertida en una jovencita, abandonando de una vez los papeles de niña que ya no pegaban con su cuerpo de adolescente. Es una historia sencilla, con bastantes flecos en el guión que se resuelven de cualquier manera o, sencillamente, se dejan en el aire, cuando no resultan directamente llamativos por su incongruencia.

Tiene algunos chistes y situaciones graciosas, sobre todo de la mano de las intervenciones de Isabel Garcés, frente a algunas otras bastante forzadas y ridículas y más aún vistas con los ojos de hoy. 

De cualquier modo, lo principal, como en otras de sus películas, es la presencia de Marisol, alrededor de la que gira toda la acción y las canciones. El film tiene la dificultad técnica de que la malagueña interpreta a las dos hermanas, en algunas escenas se recurre a una doble, pero en otras muchas, se emplea el viejo recurso de la pantalla partida, bastante bien resuelto. Quizá lo más llamativo del film, aparte del arte que derrocha la protagonista en sus interpretaciones musicales, sean las secuencias oníricas en las que Marisol sueña con su viaje a Río, con decorados sencillos pero muy artísticos y una coreografía moderna y muy chic.