martes, 21 de julio de 2020

AMADEO I

Tercer libro de la quinta y última serie de los Episodios Nacionales en el que Benito Pérez Galdós, con su peculiar estilo hace un recorrido por el efímero reinado del monarca italiano.
No pudo empezar peor el reinado de Don Amadeo, antes de llegar a España, mientras hacía la travesía en barco desde Italia a Cartagena, su principal valedor, el general Prim, fue asesinado en la calle del Turco de Madrid. Prim había de ser la alfombra roja que pisara Amadeo de Saboya al arribar a España, pero la alfombra ni siquiera llegó a extenderse a sus píes que no encontraron sino guijarros y baches en su caminar por suelo hispano.
A su llegada a la capital, lo primero que hizo el nuevo monarca, aún antes de jurar la constitución, fue visitar la capilla ardiente del héroe de Los Castillejos. A partir de ahí, todo fue un continuo sinsentido que anunciaba cómo había de acabar aquel reinado, desde el desdén y el silencio de la nobleza que, en su inmensa mayoría, no acudió a rendir pleitesía o, al menos, a saludar el nuevo monarca, para mostrar así su desacuerdo con la entronización del saboyano, hasta el rechazo frontal de republicanos, federalistas o carlistas y el abandono paulatino de los progresistas que habían arropado a Prim y que se escindieron en otros grupos.
Galdós introduce algunos cambios en esta amplia crónica histórica que son los Episodios. Ya no trata de hacer de su protagonista un ser creíble, sino que, con la figura de Tito Liviano, nos presenta a un personaje que tiene mucho de fantástico. De escasa estatura, Liviano es un periodista oriundo de Álava, que sobrevive en el Madrid de la época. Sus conquistas donjuanescas le hacen ir pasando de flor en flor y tiene algunas facultades que le convierten en eso, en un ser fantástico, capaz de empequeñecerse o de pasar desapercibido a la vista de los demás.
Asimismo, nos encontramos a Mari Clío o doña Mariana, la musa de la historia y la poesía épica, que cobra vida y se convierte en protectora de don Tito y le introduce en determinados lugares o le salva de situaciones comprometidas. 
Estos dos personajes, el mundo que nos descubren, su forma de desenvolverse y el lenguaje que emplea Galdós para traernos sus aventuras, son todo un anticipo de lo que años después será el realismo mágico.
A todo esto, con su habitual maestría, con la amenidad a que acostumbra y con el exquisito estilo de su prosa, D. Benito nos lleva de la mano por los pocos más de dos años que duró el reinado del Duque de Aosta, y las dificultades vividas en este tiempo para el desarrollo normal de la actividad política, hasta la abdicación del monarca y su salida del Palacio Real prácticamente abandonado de todos.
En este Episodío, Galdós cita varias veces a Pepe Ferreras, el periodista zamorano, nacido en Alcañices, al que trata con respeto, incluso con un punto de admiración, entre otras cosas. dice de él: "... por su autoridad y claro sentido de las cosas, formaba corrillo en cuanto hablaba".
Ferreras fue redactor de El Contemporáneo, La Política, El Debate y El Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid (1869-1870). Dirigió El Gobierno (1874) y fue fundador y director del diario El Correo. También colaboró en la Revista de España y el Diario de Barcelona, entre otras publicaciones. De ideología liberal, fue gobernador civil de Salamanca y director general de Obras Públicas (1883), diputado a Cortes y senador en varias legislaturas.



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