viernes, 24 de abril de 2020

TORMENTO (MIDARERU)

Reiko Morita (Hideko Takamine) es una viuda en la treintena, que como tantas mujeres de la posguerra, al haber muerto su marido en el conflicto bélico, se quedó a cargo del negocio familiar, una tienda de ultramarinos, y no sólo ha hecho durante todos esos años frente al negocio haciéndolo prosperar sino que ha sido el sustento definitivo de la familia de su marido fallecido, encargándose de su suegra y de los hermanos de su marido hasta que pudieron independizarse. Cuando se hizo cargo del negocio, apenas tenía 19 años y, al comenzar la narración, 18 años después, el negocio está en crisis por culpa de un supermercado que se ha convertido en una competencia casi imbatible debido a sus precios
Las hermanas del difunto marido, conspiran para convertir la tienda en supermercado y deshacerse de Reiko, pero el hermano díscolo de su marido, Koji (Yûzô Kayama), pretende que ella dirija el establecimiento y, mientras tanto, la ayuda a llevar el negocio.
La llegada de Koji saca a relucir la atracción que siempre ha sentido por su cuñada y que por el respeto que le debía a su adorado hermano mayor fallecido, nunca se ha atrevido a confesarle, una confesión que Reiko recibe en una especie de shock. Sin embargo todos estos hechos  hacen que, por primera vez, ella sea consciente de si misma.


Reiko es una especie de cenicienta, sin los atropellos que sufrió la del cuento, sí que se encuentra con el desdén de las hermanas de su marido, que ven en ella un impedimento de llevar a cabo sus planes y, además, su príncipe azul, llega demasiado tarde.
Pasado el primer momento de impacto, acaba reconociendo a su cuñado que, como mujer que es, se sintió halagada cuando éste le confesó su amor, pero las convenciones sociales impiden a la muchacha aceptar las pretensiones de su nuevo galán. Ella es 11 mayor y, aunque Koji la anima a despreciar las murmuraciones, ella presiente que aquello será una carga imposible de sobrellevar.


Con unas espléndidas interpretaciones, muy bien fotografiada y dirigida, Midareru es un drama romántico ambientado en el Japón de la posguerra, en el que aún están muy presentes los rastros del conflicto bélico y en el que su sociedad, todavía atada por las viejas costumbres, lucha por adaptarse a los nuevos tiempos, algo que no siempre resulta pacífico, al fin y al cabo, situaciones que serían perfectamente extrapolables a las sociedades occidentales de la época.
Mucho menos popular y conocido que Kurosawa, Mikio Naruse, pertenece a la generación que comenzó con el cine mudo y acabó con el sonoro, adaptándose perfectamente al cambio de formato, al que pertenecen sus mejores obras. En esta película, como en algunos de sus otros films, asistimos a un relato sobre gente corriente a través de la voz de una mujer, encarnada por su actriz preferida, Hideko Takamine, aunque el relato general no es femenino, ni mucho menos, sino que generaliza alrededor de una familia que se rompe por circunstancias diversas, una historia melodramática, pero narrada con calma y sin necesidad de subrayar su patetismo para representar su gravedad.




2 comentarios:

  1. En mi opinión, das en el clavo cuando dices que, tras la confesión de amor, Reiko se hace consciente de sí misma. En otra película de Naruse, "Corazón de esposa", la protagonista (otra vez Takamine), se mira en un espejo. No es una secuencia arbitraria: nos está diciendo que, tal vez por primera vez, la protagonista podría decantarse por sí misma, por sus deseos, sin considerar las exigencias del grupo. Es el tradicional conflicto entre "giri" (deber para con el grupo) y "ninjo" (deseos personales, casi siempre el amor por alguien que, por diversas razones, entra en conflicto con lo estipulado por el grupo).

    Buen comentario. Un saludo,
    Marcos M.

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