miércoles, 15 de abril de 2020

TATUAJE


La joven Otsuya (Ayako Wakao), tras huir de casa de sus padres con su novio, es forzada mediante engaños a ingresar en una casa de geishas y a practicar la prostitución. En ese lugar será donde un maestro del tatuaje dibuje en la hermosa piel de su espalda su obra maestra, una araña con rostro humano, cuyo espíritu se adueñará de ella y la impulsará a vengarse de los hombres que la han llevado a esa situación.


El guión se basa en un relato breve del mismo título de Junichirô Tanizaki, publicado en 1910, en el que nos cuenta la turbia historia de Seikichi, un maestro tatuador que encuentra en la piel perfecta de una inocente joven el lienzo ideal para realizar su obra maestra: el tatuaje de una enorme araña. Una vez realizado el trabajo, el carácter violento de la araña posee a la muchacha, cuya primera víctima será el propio Seikichi.


Tras unas magníficas escenas iniciales que acompañan a los títulos de crédito, en las que vemos como, entre una mezcla de placer y dolor, a Otsuya le tatúan la simbólica araña, el relato nos lleva al principio de la historia de la joven y los motivos que la han llevado hasta ese momento crucial.
Con una composición del plano cuidada hasta el mínimo detalle, que indaga con el mejor gusto visual posible, como probablemente solo el cine japonés haya podido hacer, en temas tan controvertidos como el sexo, el erotismo, la prostitución y el sadomasoquismo.




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