Chu (Sihung Lung), un viejo chef, considerado el mejor de Taipei, viudo y con tres hijas, muy distintas entre si. Jia-Jen (Kuei-Mei Yang) es profesora de química, Jia-Chien (Chien-Lien Wu), ejecutiva de una aerolínea, y Jia-Ning (Wang Yu-wen), trabaja en un restaurante de comida rápida. Cada domingo prepara para ellas una suntuosa cena, una tradición familiar que les permite hablar de sus respectivas vidas. Las jóvenes parecen no apreciar estas comidas, preocupadas por sus propios problemas existenciales y sus vidas sentimentales.
El taiwanés Ang Lee nos acerca a la existencia de esta familia, como tantas otras, con sus frustraciones, disputas y puntos de encuentro y desencuentro. Tras haber criado a sus hijas prácticamente solo, Sihung ve cómo llega el momento en que cada miembro de la familia, por lógica, comienza a tomar su propio camino y es esta etapa en la que se centra la narración.
Magnífico retrato de los personajes y sus relaciones, entre ellos y con otros que les rodean en su vida diaria, con la comida como nexo de unión y como parte importante de la película.
Un final original y algo inesperado en un film donde el placer de cocinar y el gusto por la buena mesa, siempre está presente.
La escena de apertura, que se puede ver en el siguiente vídeo, nos sumerge en la cocina del chef, preparando magistralmente la cocina tradicional, con magníficos primeros planos de sus gestos, que revelan todo el saber hacer de un gran maestro de cocina. Todo un ballet cautivador que nos provoca envidia por la soltura y el arte con se maneja y nos deja fascinados.
Parece interesante. Un beso
ResponderEliminarLo es.
Eliminar