jueves, 27 de marzo de 2025

LAS MEJORES INTENCIONES

 


Henrik Bergman (Samuel Fröler), un estudiante de teología pobre e idealista, se enamora de Anna Åkerbloom (Pernilla August), la inteligente y culta hija de una familia adinerada de Uppsala. Tras su boda, Henrik se convierte en sacerdote en el norte de Suecia. Tras unos años, Anna no soporta vivir en el campo con la gente rústica. Regresa a Uppsala, mientras que Henrik se queda en el norte.


Dirigida por Bille August, el guion es de Ingmar Bergman, que relata la historia de sus propios padres y cómo para llevar adelante su amor, hubieron de superar la oposición de a familia de ella y el rígido sistema de clases que imperaba allá a principios del siglo pasado.
Se rodó como una miniserie de seis horas para la televisión, pero fue reducida a tres y presentada como una película convencional en el Festival de Cannes, donde obtuvo la Palma de Oro y Pernilla August, el premio a la mejor actriz.


Bergman nos ofrece una disección sin concesiones de la vida de sus padres, justo hasta el momento en que él estaba a punto de nacer. Pasados los primeros años de enamoramiento y romanticismo en que la pareja lucha contra las circunstancias que les impiden estar juntos, llega la parte de los sinsabores, con un padre con una personalidad que ya intuímos gracias a la escena de apertura del film y que parece que tiene problemas para ser feliz, entregado a su ministerio por encima de cualquier otra cosa, pero, en ocasiones, de una manera muy peculiar. Una madre cuyo sentido de la independencia y su mente cultivada, dificultan que su esposo pueda imponer siempre su criterio por las buenas. Periodos de calma relativa; discusiones, algunas subidas de tono; arrepentimiento y propósitos de enmienda. Al fin, si lo pensamos bien, lo que cualquier matrimonio vive cuando consigue perdurar en el tiempo, pero contado en un guion magníficamente escrito y con una atractiva puesta en escena. 
Diálogos profundos y silencios que también lo son en una película para ver con calma, pues la prolongada duración invita a que busquemos el momento propicio para sentarnos ante la pantalla sin premuras de ningún tipo a fin de conseguir disfrutarla.




4 comentarios:

  1. Tuve ocasión de verla en pantalla grande. Un título indispensable si se quieren conocer a fondo los orígenes familiares de Bergman.

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