domingo, 4 de abril de 2021

¿QUIÉN TEME A VIRIGINIA WOOLF?

 


George (Richard Burton) y Martha (Elizabeth Taylor) son un matrimonio que se profesa un odio salvaje. Ambos tienen personalidades autodestructivas, conocen perfectamente las debilidades del otro y saben cómo exasperarlo. George es un profesor de historia alcohólico. Martha, la hija del rector de la universidad donde George da clases, es una mujer frustrada y vulnerable. Un sábado por la noche, después de una fiesta, Martha invita a su casa, para tomar una copa, a Nick (George Segal) y Honey (Sandy Denni), un joven matrimonio formado por un ambicioso profesor de biología, nuevo en la universidad y su esposa. La presencia de esta pareja no evita que Martha y George se humillen y maltraten como de costumbre. A través de este cruel juego sale a relucir la verdad tanto sobre los anfitriones como sobre los invitados.


El guión adapta la conocida y exitosa obra teatral de Edward Albee, estrenada en el Billy Rose Theatre de Broadway, el 13 de octubre de 1962, alcanzando las 664 representaciones.


Cuatro personajes, dos parejas y unos diálogos que destilas crueldad, sátira, desprecio e incluso violencia. Jamás he visto una película en la que el trasiego de alcohol llegue a estos límites, las botellas van cayendo como si no hubiera un mañana (—¿Tú qué quieres, alcohol de quemar?. —Sí, es mejor no mezclar.) 
Y mientras tanto, dos actores y dos actrices tocados por la inspiración, nos ofrecen uno de los más duros y feroces retratos de la deriva de una pareja que va de cabeza al infierno, empeñada en desdeñar la felicidad. Todos están brillantes en un film que se abre con la delicadeza musical de Alex North y en la que las dos actrices consiguieron sendos Oscar. Taylor dijo que era su mejor actuación y, con permiso de La gata sobre el tejado de zinc, seguramente tenía razón.
¿Realidad o ficción? No lo sabemos, el matrimonio de George y Martha se mueve en esa indefinición y no sabemos si están representando una función para sus jóvenes invitados o es que realmente las cosas que cuentas han sucedido así. Lo que sí sabemos es que estamos ante una película en la que la fuerza de los diálogos y las deslumbrantes interpretaciones, alcanzan cotas sublimes.
 



6 comentarios:

  1. Grandísima e intensa película: también tuve ocasión de asistir a un montaje teatral de la obra, hace ya nueve años.

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    1. Tanto la obra teatral como la película, son grandiosas cuando hallan buenos intérpretes y quien los dirija con buena mano.

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  2. Una vez fui a una cena en una casa con un matrimonio así, y con la excusa de salir a ver si había subido bien la ventanilla del coche, me largué con viento fresco.
    Los vi al cabo de tres semanas, y era como si no hubiera sucedido nada. Todo cordialidad.

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    1. Sí, hay gente a la que se le da de maravilla esto de actuar.

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  3. Hola Trecce!
    Poco que añadir a tu estupenda y acertada reseña. Esto son palabras mayores, lo del alcohol como bien apuntas en una constante, creo que acabas la película y se te ha pegado el olor a la ropa.
    Saludos!

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