viernes, 15 de mayo de 2020

THE ACT OF KILLING


Tras el golpe de estado militar de 1965, el general Suharto ocupó el poder en Indonesia. A continuación llegó el genocidio: miles de comunistas, reales o presuntos, fueron asesinados por los escuadrones de la muerte indonesios. Unas décadas después, se les pide a dos de los más sanguinarios mercenarios de la época -ellos se hacían llamar "gángsters"-, Anwar Congo y Herman Koto, que participen en una película en la que recreen los horribles crímenes -torturas, violaciones y asesinatos en masa- que tranquilamente confiesan haber cometido en el pasado.


La película comenzó como un proyecto de entrevistar a familiares de las víctimas, sin embargo, pronto estos comenzaron a ser arrestados, mientras las autoridades locales no hacían mas que interferir, cuando Joshua Oppenheimer aún estaba realizando entrevistas con ellos. Fue en estas circunstancias cuando empezó a conocer a algunos de los antiguos torturadores y decidió cambiar el enfoque, centrando en ellos la historia. Para su sorpresa, estos contaban lo que habían hecho con todo lujo de detalles, sin señales de culpabilidad o arrepentimiento, al tiempo que confiesan que se inspiraron en personajes interpretados por John Wayne, Marlon Brando, Al Pacino o las películas de Hollywood sobre la Mafia.


"Esta prohibido matar; por lo tanto, todos los asesinos son castigados, a menos de que maten en grandes cantidades y al sonido de las trompetas". Con esta frase de Voltaire, comienza la película y nos pone en antecedentes de lo que vamos a presenciar, un viaje al pasado reciente, a un genocidio permitido y, en cierto modo, auspiciado por las potencias occidentales que miran para otro lado. Los "ganster", las personas que llevaron a cabo la "limpieza" de los considerados enemigos, cuentan, entre otras cosas, cómo idearon nuevas formas más efectivas de asesinato, no por piedad hacia el reo, sino por la prosaica razón de que hubiera menos sangre y no tener que limpiarla. La catadura moral y, sobre todo, intelectual de estos personajes, queda patente cuando se prestan al rodaje del documental en la seguridad de que eso les va a servir como propaganda. Una película/documental brillante y diferente que supone un intento de relato de hechos, pero también un esfuerzo para procurar a la sociedad el aprendizaje sobre estas barbaridades, de las que tanto sabemos en nuestro país, con los asesinos de ETA en las calles, tan contentos, recibiendo homenajes y aún convencidos de que hicieron lo que tenían que hacer. ¿Aprenderemos alguna vez?




6 comentarios:

  1. Apenas he visto éste título en Nnetflix, lo he mirado... Y me pareció brillante y estremecedor.
    La verdad es que me han dado ganas de volverla a ver, porque ha pasado mucho tiempo desde que lo hice.
    Saludos desde Argentina!

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  2. Lo he visto hace poco y todavía me dura la perplejidad. Hay una segunda parte (The Look of Silence) en la misma línea: los torturadores y asesinos, muchos de ellos en el poder, hablando como si nada de sus fechorías, con la tranquilidad del que se sabe que va a quedar impune. Tremendo.

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    1. Es impactante y, hasta cierto punto, increíble. A mi me recuerdan mucho a los asesinos y torturadores de ETA, gente bastante obtusa, por más que algunos tengan estudios, como se dice vulgarmente, verdaderos matones, a los que se nota que algo no les rula bien en la cabeza y que una vez los "listos" de turno les han imbuído de una idea, ya no hay quien les haga reflexionar sobre si está bien o mal y pobre del que caiga en sus manos.

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  3. Lo vi hace tiempo, me pareció alucinante cómo narran los hechos con orgullo. Eso sí, el documental me resultó algo tedioso...

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