lunes, 23 de septiembre de 2013

ANA DE LOS MIL DÍAS

Enrique VIII (Richard Burton), rey de Inglaterra, está casado con Catalina de Aragón (Irene Papas), pero el monarca se ha encaprichado de una joven llamada Ana Bolena (Geneviève Bujold) a la que requiere para que sea su amante.
Ana no se lo pondrá fácil, su hermana Mary también ha sido amante del monarca y le recomienda que se ponga en guardia y no ceda a los caprichos del rey, pues cuando obtenga lo que desea, la dejará, como ha hecho con ella. Así que Ana se muestra firme y rechaza al monarca. A cambio de abrirle la puerta de su alcoba, le exige matrimonio, pero Enrique es casado y se encuentra con la dificultad de que la Santa Sede, rechaza la disolución de su anterior vínculo. La situación dará lugar al cisma de la Iglesia de Inglaterra y, más adelante, a la muerte de centenares de personas, cuando se exija el juramento que reconoce al monarca como Jefe de la Iglesia y, por ende, se de por legal su matrimonio con Ana.


Ana no puede dar al rey el hijo varón que le prometió y además, el insaciable monarca, anda tras los pasos de otra mujer (Jane Seymour) y sigue con su obsesión de tener un hijo varón. Para llevar a cabo sus planes, hace ver al canciller del reino, Lord Cromwell (John Cólicos), la necesidad de librarse de la reina. Éste urde toda una trama para conseguir acusarla de adulterio y enviarla al cadalso.


Pocos personajes de la Historia habrán sido tan atractivos para el arte en general como Enrique VIII, el cine no es una excepción y la figura de este hombre controvertido ha sido revivida en la pantalla desde diversos ángulos. Desde luego, da para mucho, pero en esta ocasión, la trama se centra en el periodo de su vida en el que estuvo unido a Ana Bolena, junto con el propio rey, protagonista de los hechos narrados. Ana supuso un punto de inflexión en la azarosa vida del monarca y puede decirse que, por una mujer, todo un reino cambió el curso de su historia, de modo que las consecuencias de aquella deriva están muy presentes quinientos años después: Se enfrentó al Papa y su autoridad, creando la Iglesia Anglicana y acabó con la vida de cientos de personas por el capricho de una mujer que deseaba perpetuar su estirpe en la figura de su hija Isabel. Como dice el aforismo francés: Cherchez la femme.


Con un elenco de actores de primera fila, donde destacan las interpretaciones protagonistas de Burton, ya consagrado entonces y Geneviève Bujold, que venía avalada por haber interpretado con éxito a Juana de Arco junto a Alec Guinness para la televisión. 
Del resto, Irene Papas apenas tiene intervención y dos grandes secundarios como son John Cólicos y Anthony Quayle, cumplen bien en sus interpretaciones respectivas de Cromwell y el arzobispo Wolsey.


La película se desarrolla, en su mayor parte, en interiores, con unos decorados sobrios pero cuidados y un vestuario espléndido; precisamente en este apartado se llevó el único Oscar de las diez nominaciones que tenía, pero en este caso, aparte de merecido, hay que llamar la atención sobre el mimo con el que fueron cuidados los ropajes, no sólo en su apariencia, sino en sus colores, en todas las escenas, los cromatismos de los vestidos que aparecerán en los planos, dan toda la impresión de haber sido estudiados y colocados de determinada manera para realzar el resultado final.
Igualmente espléndida me pareció la banda sonora, atendiendo a la música de época que acompaña, sobre todo, a los bailes, pero también a alguna escena cotidiana, como cuando la reina Catalina está cosiendo con sus camareras. Las escenas de danza tienen particular trascendencia en el film, en una fiesta es donde Enrique se encapricha de Ana y en otra donde lo hace de Juana Seymour.


Me parece que el film respeta bastante los hechos históricos, sabiendo, no obstante, dotarles de la fuerza dramática requerida en cada caso. La película transcurre a buen ritmo y, a pesar de sus más de horas de metraje, no se hace pesada; creo que el debutante Charles Jarrott supera con nota la prueba para una excelente versión de los hechos narrados.




6 comentarios:

  1. La he visto hace poco, me parece una cinta muy digna, donde pone a cada personaje histórico en su sitio.
    Saludos

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  2. Hay bastantes versiones de este asunto, pero no recuerdo haber visto ésta y tampoco recuerdo ahora las que de pequeña vi salvo que debieron ser hace muchísimo porque las imágenes eran en blanco y negro

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    1. Refleja bastante bien el poder ilimitado de este monarca y retrata a una Ana Bolena ambiciosa, un tanto despiadada; caprichosa pero inteligente.

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  3. Bueno,los anglicanos sostienen que no fueron fundados por Enrique sino por su hijo, Eduardo VI, que sí era protestante. Su padre, Enrique VIII, iba a los suyo y no tuvo reparos en llevarse por delante tanto a católicos como protestantes según le interesara.

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    1. Es cierto, no discriminaba, lo mismo le daba unos u otros, como tú dices, iba a lo suyo.

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