jueves, 7 de diciembre de 2023

EL RELOJERO DE SAINT PAUL

 


En el distrito de Saint-Paul, en Lyon, Michel Descombes (Philippe Noiret), un relojero de mediana edad, lleva una tranquila y aburrida vida de soltero en compañía de Bernard (Sylvain Rougerie), su hijo. Abandonado por su mujer muchos años antes, ha criado a su hijo sin ayuda de nadie. Pero la ordenada vida del relojero cambia el día que recibe la inesperada visita de la policía para darle una mala noticia.


El guion adapta la novela "L'horloger d'Everton" (publicada en castellano como "El hijo del relojero"), del escritor belga George Simenon.
"Su hijo ha matado a un hombre". Por medio de estas palabras directas, el comisario Guiboud (Jean Rochefort) informa a Michel Descombes que su hijo Bernard está acusado de asesinato y que en ese momento es considerado prófugo de la justicia, igual que su novia Liliane Torrini (Christine Pascal).
El mundo del relojero se detiene y su vida, regulada como un reloj suizo, se tambalea. 
Michel Descombes toma la delantera en la búsqueda del joven, pero se quiebra, como cualquier padre que ve oscurecerse el futuro de su hijo, pero también como un padre que comprende que, en el fondo, no sabe nada sobre el hombre en el que se ha convertido el niño que crio. 
Gran admirador de Georges SimenonBertrand Tavernier optó por adaptar una de sus novelas, para convertirla en su primer largometraje, trasladando la trama que estaba ambientada en Everton, un pueblo del estado de Nueva York, en los Estados Unidos, a las calles de Lyon, una ciudad muy querida para él al tratarse de su ciudad natal. 


La crítica a la justicia, a la propia policía, el retrato de los conflictos sociales y políticos, aunque están presentes durante toda la película, quedan en un segundo plano, sin profundizar demasiado en ellos y tratando de huir de ese cierto tono panfletario del que ha sido acusado Tavernier en alguna ocasión.
El muerto era una mala persona, lo que se conocía entonces como un policía de fábrica, personas contratadas por la empresa (muchas veces antiguos combatientes en Indochina) para mantener a raya a los trabajadores conflictivos y contrarrestar las iniciativas sindicales. Hay bastantes personas que no solo no lamentan su muerte, sino que se alegran, alguna de las compañeras de Liliane lo califica como un cabrón (con perdón) que acosaba a las mujeres y en especial a Liliane. Se supone que ese es el motivo de la acción llevada a cabo por su novio, quizá incluso una violación o un intento de llevarla a cabo, aunque nada de eso alega Bernard, pero el comisario revela al padre del chico que hay algo que éste no cuenta.
De cualquier modo, el asunto principal de la película sobre el que reflexiona Tavernier, es la incomunicación entre padre e hijo, eso que ahora llamamos la brecha generacional. Lo hace sin adornos y con silencios que no pretende llenar, todo lo contrario, quedan subrayados para poner de manifiesto el desconocimiento del padre sobre su hijo. 
Con dos grandes del cine francés en el reparto y diálogos elaborados, Tavernier consigue con su cámara crear una atmósfera que también tiene algo de retrato realista de una época y desnudar el alma humana, describiendo con precisión las relaciones que se construyen entre los personajes.




2 comentarios:

  1. Hola Trecce!
    Me parece muy interesante la propuesta, la buscare. Creo que lo de hoy mas que brecha es una galaxia generacional...
    Saludos!

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    1. Bueno, ya sabes que de siempre el distanciamiento entre un cierto sector de la juventud y los adultos, es un tema recurrente.

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