miércoles, 22 de noviembre de 2023

GOOD MORNING, VIETNAM (BUENOS DÍAS, VIETNAM)

 


Un militar, locutor de radio, Adrian Cronauer (Robin Williams), es trasladado desde Creta a Saigón para trabajar en la emisora del ejército norteamericano. En contraste con sus aburridos antecesores, Cronauer es pura dinamita: sus comentarios irreverentes, tacos, improperios y sus críticas al vicepresidente le hacen ganarse el aprecio de las tropas. Sin embargo, su superior, el teniente Hauk (Bruno Kirby), no es de la misma opinión. 
En sus horas libres intenta conocer a los nativos del país, especialmente chicas, y comienza a ver cosas de la guerra real, esa que nunca aparece en la radio.


El guion desarrolla una idea del propio Adrian Cronauer, primero concebida como serie televisiva y, más adelante, al no ser aceptada por los estudios, como película para la televisión, aunque, según confesó él mismo, lo que se relata en el film y la forma en que se hace, no responde a su experiencia personal durante el tiempo que estuvo trabajando en la emisora del ejército en Vietnam y que únicamente toma algunos detalles de la misma.


Centrada en la figura del protagonista y sus monólogos, el resto de asuntos está tratado de forma somera, así en sus relaciones con los vietnamitas, los vemos divididos o bien en terroristas o en gente que asiste a las clases de inglés, donde aprenden, al tiempo, algo de la cultura norteamericana. En cuanto a esa crítica al ejército y sus métodos, tampoco es que sea nada del otro mundo ¿Qué se espera de una emisora que está dirigida por el propio ejército?: Censura, lógicamente, eso ha ocurrido, ocurre y ocurrirá en todas las guerras modernas donde la propaganda y la información cobran tanto valor como los propios combates. Además se nos presenta a los militares, el protagonista incluído, como seguros de que están allí para ayudar al pueblo vietnamita y las mofas al enemigo y, por extensión, al resto de la población, son constantes, es cierto que también se ataca a los dirigentes propios, pero, repito, creo que tampoco es para tanto. 
La parte cómica pierde bastante, tanto pon el transcurso de los años, como pon la dificultad de pillar algunas de las gracias desde una cultura que no sea la norteamericana, pues recurre mucho a la imitación y la parodia, tanto de personajes, como de acentos y formas de vida estereotipadas propias de EE.UU., así que no es únicamente cuestión de ver en V.O. o doblada, sino de que, salvo que estés muy sumergido en aquella cultura, apenas se pueden apreciar los chistes sobre el argot de Brooklyn, o el acento de este o aquel estado de la Unión. 
En definitiva, el film es Robin Williams y su personaje y lo demás queda un tanto marginado y, aunque la idea resultara original, no desarrolla con ninguna profundidad otros asuntos y, si encima, la parte cómica, excepto un par de chistes que sí nos arrancan una sonrisa, tampoco es que resulte demasiado graciosa (estoy hablando de mí, claro), pues eso, un film entretenido, pero que tampoco es nada del otro mundo.




6 comentarios:

  1. Hola Trecce!
    Efectivamente, el asunto humorístico es difícil de pillar, si es cierto que en la versión original aprecias el buen trabajo de Williams pero se te escapan muchos detalles. Destacaría su buena y variada banda sonora.
    Saludos!

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  2. Sin embargo, y a pesar del histrionismo de Robin Williams, la banda sonora de la película, repleta de canciones míticas (como el "I Feel Good" de James Brown) es de las que marcaron una época.

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    1. Hay una anécdota alrededor de la banda sonora, en la que no utilizan música de los Beatles, a pesar de que era de las más escuchadas, al parecer debía haber algún problema con los derechos, pero sí que vemos varias veces carátulas de sus discos cuando Cronauer busca música para poner.

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