martes, 14 de noviembre de 2023

EL SEÑOR DE LA GUERRA

 

Decimotercera y última entrega de la saga "Sajones, vikingos y normandos", creada por la pluma del británico Bernard Cornwell.
Esta será la última aventura de Lord Uhtred de Bebbanburg, en ella, el autor crea un relato ficticio de la batalla de Brunanburh, librada en otoño del 937 d.C., en la que Aethelstan, soberano de los reinos de Wessex, Mercia y Anglia Oriental, derrotó al ejército capitaneado por el rey del territorio irlandés de Dyflin, Anlaf Gthfrithson y por Constantino de Escocia, a los que se había unido Strath Clota y sus guerreros nórdicos de lo que hoy son las Orcadas y las Hébridas. La Crónica anglosajona señala que "jamás hubo en nuestras islas una matanza semejante", y muchos años después, todavía se la conocía como "la gran batalla".
Fue indudablemente un choque formidable, una degollina como pocas ha habido y una de las más importantes contiendas habidas en suelo británico. Según los estudiosos, los hombres que combatieron y murieron en ese campo de justas forjaron la carta política futura. El futuro de la nación se decidió en un solo día y en un único escenario. Esa nación era Inglaterra y Brunanburh fue el instante de su fundación.
En cuanto a la novela y a su protagonista, Uhtred, después de haber contribuído de manera decisiva a la victoria del soberano al que había jurado lealtad, se retira a su fortaleza de Bebbanburg como auténtico Señor del Norte, dueño de unas tierras que se extienden desde el ventoso mar del Norte a las costas que miran hacia Irlanda, responsable de frenar a los escoceses e impedirles que desciendan hacia el sur y se adentren en las tierras que desde entonces serán conocidas como Englaland. Su gobierno impera sobre tierras más vastas que las de muchos que se hacen llamar reyes, pero Uhtred no se da a sí mismo otro título que el de señor de Bebbanburg, lo único que siempre quiso ser y mientras, ya anciano para la época, espera en su formidable fortaleza el momento en que las Nornas (esas viejas hilanderas del destino), corten los hilos que le unen a la vida, comparte su cama con la bella Benedetta y con su espada, "Halito de serpiente", para tenerla a mano y poder empuñarla en el instante de su muerte a fin de que los dioses le permitan entrar en el Valhalla y, una vez se encuentre en el vasto salón de los dioses, coincidir con muchos de los hombres con los que en su día luchó y envió al más allá, reconciliados por fin, festejando juntos y observando el mundo desde arriba, donde los hombres seguirán batallando, hasta que llegue el fin del mundo y todo perezca devorado por el caos.
Wyrd bid ful araed (El destino es inexorable).



6 comentarios:

  1. Adoro este tema, es muy interesante.
    Muy feliz día.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal como la plantea Cornwell, como un relato épico, resulta muy entretenido.

      Eliminar
  2. Así que... Brunanburh...me interesa saber más lo que se jugaba en esa batalla

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues seguramente cortar las incursiones de los nórdicos (los vikingos), que siempre ansiaron las tierras inglesas, más suaves de clima que el duro norte europeo y las de los escoceses y establecer la preponderancia de los sajones del centro y sur de la isla.

      Eliminar
  3. El destino será inexorable, pero la historia también es cíclica: la humanidad ha avanzado bien poco desde la Edad Media.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En algunas cosas, hasta estamos retrocediendo, nos seguimos matando unos a otros, como entonces, pero ahora, además, estamos matando al planeta. Somos así de listos.

      Eliminar