miércoles, 8 de noviembre de 2023

EL INVISIBLE HARVEY

 


Elwood P. Dowd (James Stewart) es un hombre afable, cariñoso y siempre dispuesto a ayudar a los demás. Su único problema es que va a todas partes acompañado por un imaginario conejo gigante al que llama Harvey. La familia de Elwood no sabe qué hacer y opta por llevarlo a un psiquiátrico.


El guion adapta una obra teatral de la dramaturga estadounidense Mary Chase, que también colabora en dicho guion. Por esta pieza, la autora ganaría el Pulitzer de 1945, en la categoría de teatro. 
Tanto Josephine Hull, como James Stewart habían representado sus papeles en el teatro, el segundo sustituyendo al titular durante su periodo de vacaciones y volvería a interpretarlo en la reposición teatral de 1970, veinte años después del estreno del film. Por su parte, Josephine Hull, obtuvo el Oscar a la mejor secundaria por su representación en esta película.


Una fábula en forma de cuento (no en vano, la autora del relato escribía cuentos infantiles), pero un cuento para todos, no solamente para los pequeños, me atrevería a decir que es más bien para que los mayores nos apliquemos el cuento (nunca mejor dicho). 
Elwood es un bicho raro, no es normal eso de andar por ahí paseándose con un conejo invisible y frente a su actitud, las personas que se cruzan en su vida tienen dos reacciones: Salir corriendo y tacharlo de perturbado o aceptar sus desvaríos y apreciar su "manía" de hacer felices a los demás. Porque Elwood  ha decido dejar de ser inteligente y ser bondadoso y claro, seamos sinceros, este tipo de personas molestan, porque nos dejan totalmente desnudos ante nuestro egoísmo y nuestra vanidad, así que optamos por encerrarlos y llegados a este punto, cuando tratan de internar al protagonista en un centro de salud mental, tampoco se queda atrás la película a la hora de criticar el mundo de la psiquiatría, al menos ciertos protocolos de cierta psiquiatría. 
A mí, el relato, me ha recordado aquella canción de Javier Krahe (En la costa suiza), en la que narra la historia de un pescador borrachín que se gastaba el dinero de lo que pescaba en comprar lo necesario para vivir ese día y a invitar a beber por las noches. Lo que le sobraba lo arrojaba al mar devolviendo lo que no le hacía falta. Hasta que algunos vecinos lo denunciaron por contaminar las aguas con el cobre de las monedas. 
No esperen ver una gran película, pero sí un buen film, con una historia enternecedora y con un sano y claro mensaje exento de moralina. Además, por medio de los enredos y malos entendidos que se suceden, el film adopta la forma de una comedia divertida en lugar de optar por ponerse más serio, es cierto que es un humor en ocasiones simplón, pero que lo hace muy entretenido de ver.




6 comentarios:

  1. No conocía la canción de Krahe, pero por destruir dinero te puedes buscar un lío.

    https://as.com/actualidad/sociedad/esta-prohibido-romper-dinero-la-lista-de-paises-donde-es-ilegal-destruir-el-dinero-n/#:~:text=La%20legislaci%C3%B3n%20europea%20recoge%20que,una%20suma%20importante%20de%20dinero.

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  2. Me parece un argumento con unas implicaciones más profundas de lo que a simple vista cabría pensar. Algo así como el cuento del nuevo traje del emperador.

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    1. Pues sí, ya digo que me parece una fábula, en el sentido clásico de la palabra y las fábulas encierran mucha sabiduría.

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  3. Hola Trecce!
    Recuerdo verla siendo un chaval, este tipo de películas luego eran muy comentadas en el barrio. Paso a escucharme la canción de Krahe, me has despertado la curiosidad...
    Saludos!

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