miércoles, 15 de noviembre de 2023

LA CARNAZA


Tres jóvenes amigos parisinos, fascinados con el lujo y el dinero, planean asaltar a dos hombres ricos que forman parte de la lista de amistades de la guapa Nathalie (Marie Gillain), que se ofrecerá como cebo para engatusar a sus admiradores y robarles. Con el deseado dinero, los jóvenes pretenden abrir en Estados Unidos una tienda de ropa, y hacerse ricos.


El guion se basa en una novela del escritor francés Morgan Sportès, sobre un hecho real acaecido en Francia en l984.


Aunque por la propia naturaleza del asunto que trata lo sea, no estamos ante la mera crónica negra de unos horribles sucesos, ni ante el simple retrato de unos jóvenes niñatos, dos varones vagos, que ni siquiera buscan trabajo y viven a costa de Nathalie, en el piso que la madre de ella alquiló para su hija, mientras se pasan el día ganduleando, viendo la tele y quejándose del escaso rendimiento que les proporcionan los sablazos que propinan a la madre y la abuela de uno de ellos. Nathalie, por su parte, trabaja, como ella dice, de modelo-dependienta en una tienda de ropa y está absolutamente engatusada por su novio, que la maltrata y la hace de menos, ella se queja de que la trata como a una tonta, pero sigue con él y con el parásito de su amigo, un tipo reprimido y voyeur. Todos ellos tienen prisa por hacerse ricos, sin trabajar, claro, y más que una tienda de ropa, sueñan con montar toda una cadena de establecimientos en EE.UU., con establecimientos y dependientes que trabajen para ellos, mientras se dedican a gastar el dinero que supuestamente les van a rendir. Son unos inmaduros que se creen lo que ven en las películas, con una escasa formación intelectual, chapuceros y no demasiado inteligentes a la hora de preparar sus asaltos.
A través de ellos, Bertrand Tavernier muestra la miseria moral e intelectual de parte de la juventud contemporánea inmersa en el consumismo y la sociedad de masas. Ninguno de los tres protagonistas manifiesta turbación ni remordimiento alguno por tener que asesinar a sus clientes. Esta insensibilidad ante el crimen, ante el sufrimiento ajeno, no empujados por la necesidad, sino por el egoísmo y el afán de riqueza, es la reflexión a que nos lleva el relato de Tavernier; su mirada es desapasionada, es la de un distanciado terror sobre el vacío, el sinsentido y la amoralidad de esos jóvenes sin alma.




6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Pues sí, el asunto que trata, lo es, pero las connotaciones son para hacer reflexionar.

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  2. Terrorífica. Uno de los mejores y más sorprendentes trabajos de Tavernier.

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  3. Respuestas
    1. Tiene doble sentido, porque también se refiere a que utilizan a la chica como cebo para engatusar a las potenciales víctimas.

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