Una noche de verano, Terry Lennox (Jim Bouton) aterriza en el ático de su amigo Philip Marlowe (Elliott Gould) y le pide que lo acompañe hasta la frontera mejicana para cambiar de aires. Marlowe acepta la propuesta, pero al regresar a su casa se encuentra con que la policía le pide explicaciones sobre ese viaje. Marlowe termina entre rejas acusado de complicidad en el asesinato de la mujer de Terry, que ha aparecido salvajemente golpeada.
Con música de John Williams y bajo la dirección de Robert Altman, el guion adapta la novela del mismo título protagonizada por el famoso detective creado por Raymond Chandler.
Hay quien defiende que los clásicos están para "jugar" con ellos, en el mejor sentido de la palabra y poder adaptar sus textos buscando nuevos aires o interpretaciones diferentes y, también, quienes no gustan de que se cambien estos textos.
Aquí surge la primera controversia con esta película en la que el guion nos presenta un Marlowe bastante diferente del concebido por Chandler, contando chistes sin gracia y llegando a un desenlace que el auténtico Marlowe nunca protagonizaría, por más que el mal amigo, se merezca un buen castigo.
La ambientación pasa de los 50 a los setenta con algunos de los tics peculiares de esos años, por supuesto la presencia de una especie de hippies y esa sociedad elitista que Chandler critica en su obra, también sumida en ese ambiente contracultural, pero solo en la fachada, sin renunciar a sus privilegios. Queda un tanto diluído ese desprecio hacia la policía tan propio del personaje, aunque sí está apuntado el abuso de poder y la corrupción.
Un Marlowe diferente, quizá más humanizado, menos cáustico, en esta adaptación que pretende ser diferente. El gusto de cada cual decide si está más o menos conseguida.
Tal y como señalas, recuerdo que me sorprendió precisamente la atípica interpretación de Elliott Gould.
ResponderEliminarMuy peculiar.
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