EL ÚLTIMO SHOW

 

Desde 1974, en una radio estadounidense se emite el programa "A Prairie Home Companion", un show de variedades para toda la familia que incluye música en directo y anuncios ficticios. Un día, de repente, el presentador y sus invitados se enteran de que están haciendo el último programa.

Robert Altman reúne aquí a un equipo y un elenco extraordinarios, con varios nombres míticos de la interpretación y de la música, en la que sería, a la postre, su última película. El film es una especie de fábula cómica del programa de radio A Prairie Home Companion, conducido por Garrison Keillor desde 1974 hasta 2016, escuchado por 35 millones de oyentes a lo largo de sus años de emisión a través de 558 emisoras de Estados Unidos, además de la BBC, la RTE (Irlanda), y por servicios de cable y satélite a través de toda Europa occidental, Australia, y Nueva Zelanda. Keillor se interpreta a sí mismo y es también autor del guion de la película.

Agradable y divertida historia que transcurre en una lluviosa noche de sábado en St. Paul, Minnesota, donde los fans entran en el Fitzgerald Theater para ver "El último show", el espacio principal de la emisora radiofónica WLT, ignorantes de que ha sido vendido para construír un aparcamiento y que el show de esta noche va a ser el último. Asistimos a lo que se cuece entre bambalinas, las disputas, pasiones, enemistades, malos entendidos, nervios de última hora, pero también a la camaradería entre los miembros de la peculiar familia radiofónica. La película hace uso de los músicos, del equipo técnico y del escenario del auténtico show radiofónico escuchado de costa a costa en muchas emisoras de radio a lo largo de muchos años, consiguiendo sobrevivir a la época de la televisión. El resultado es una sólida narración con algún que otro giro interpretativo, particularmente los del elegante detective Guy Noir (Kevin Kline), responsable de la seguridad del teatro; además de Lily Tomlin y Meryl Streep (cantando Goodbye to My Mama), ambas efectuando un maravilloso retrato de dos hermanas que hablan simultáneamente; del personaje de Virginia Madsen, una especie de ángel, con su impoluta gabardina blanca, que se aparece a algunos de los miembros del equipo para proporcionarles consuelo; y de la versión "Frankie and Johnny" de Lindsay Lohan. La película combina el estilo cinematográfico y la inteligencia y el gusto por la improvisación de Altman, con las canciones y la narrativa de Keillor para crear un sentido homenaje al mítico programa, a la radio en general, pero también a los miles y miles de personas que disfrutaron de sus emisiones.