PARADISE HIGHWAY

 

Una camionera se ha visto obligada a pasar de contrabando varios cargamentos para salvar a su hermano, que está en prisión, de una banda que le amenaza de muerte. Con agentes del FBI tras su pista, la conciencia de Sally (Juliette Binoche) entra en conflicto cuando descubre que el paquete del último envío resulta ser una adolescente.

El film constituye el debut en pantalla grande como realizadora de la directora, actriz y escritora noruega Anna Gutto, autora también del guión y nos cuenta una historia ambientada en el sórdido mundo de la trata de blancas. Una narración que, aunque no elude apuntar la dureza de las situaciones, no las muestra directamente, sino que, más bien, las da a entender, por lo que quizá la barbarie que para quienes la sufren suponen estas situaciones, queda bastante suavizada. 

También está presente, sin profundizar demasiado en ello, una crítica a las actuaciones policiales y al sistema penitenciario norteamericano. En cuanto a este, se pone en duda su capacidad para rehabilitar socialmente a los reclusos y, en cuanto a la policía, en algunas de las escenas se hacen referencias al relativo interés para profundizar en los casos de proxenetismo, con el argumento de que si destruyes una red, otra vendrá a sustituirla y al desamparo en que se ven, en ocasiones, las víctimas.

El film está cargado de buenas intenciones y el asunto que se trae entre manos resulta de lo más actual y socialmente llamativo, pero creo que falla algo a la hora de transmitir los valores y la problemática que aborda, centrándose más en las personas que tratan de ayudar a las niñas víctimas de los proxenetas que al propio tráfico en sí. A destacar la interpretación de Juliette Binoche, quizá lo mejor de la película y la magnífica fotografía del también noruego John Christian Rosenlund. La película contiene algunos planos de gran belleza y técnicamente arriesgados: imágenes aéreas, preciosas postales y algunas de las secuencias de carretera.