lunes, 29 de agosto de 2022

EL HOMBRE DEL TREN

 


Un extraño y misterioso hombre con una bolsa de lona, baja del tren en una ciudad francesa de provincias. Al entrar en una farmacia, tiene un encuentro casual con Manesquier (Jean Rochefort), un profesor de literatura jubilado. Los dos hombres, aunque muy distintos, simpatizan por una simple razón: a cada uno le hubiera gustado llevar la vida del otro. El profesor sueña con ser un aventurero; el aventurero se imagina a sí mismo como un hombre sedentario. Dentro de tres días, Milan (Johnny Hallyday) tiene pensado atracar el banco local, y, dentro de tres días, Manesquier tiene que someterse a un triple by-pass.


Aquí sí queda claro que diálogos e interpretaciones son el sostén principal del film, puesto que lo que da de sí no es la sencilla historia que narra, sino su planteamiento y la relación que se establece entre los dos protagonistas.
Aunque ambos están a la altura, sobresale Jean Rochefort, seguramente porque su personaje es más agradecido a la hora de sacarle partido.


Más que la sana envidia por la vida que lleva el otro, creo que lo que se plantea es el deseo o quizá la curiosidad, por haber vivido lo que no se ha vivido. Siempre se ha dicho que envidiamos lo de los demás, el casado envidia la vida del soltero y viceversa y así con tantas otras maneras de vivir la vida que, casi siempre, nos han venido dadas sin que seamos conscientes de ello hasta que vamos cumpliendo años. Resulta que, salvo casos excepcionales, casi todas las vidas son parecidas, con sus matices, claro, pero lo de bueno o malo que tiene cada una, al final se compensa, lo que ocurre es que el ser humano, cuando se queda en la superficie de las cosas, únicamente ve lo bueno de la vida de los demás: Las vacaciones de los profes; la libertad del autónomo que no tiene jefe; lo agradecido que resulta para un padre la relación con los hijos... Pero ¿y la parte negativa? ¡Ah, bueno!, esa no interesa. Así pues, diálogos trabajados, salpicados de un toque de humor, un final que trata de ser original pero que no acaba de convencer (hablo de mí, claro) y, como digo, el buen trabajo de la pareja protagonista, hacen que la película transcurra como una pequeña delicia a la que quizá falta algo, pero que resulta satisfactoria.




10 comentarios:

  1. Aquí en Italia hay un dicho (uno de los tantos): "l'erba del vicino è sempre più verde"... sería algo así como: "el césped del vecino es siempre más verde" y hace referencia justamente a esa manía que tienen algunos -por suerte, no todos- seres humanos que es envidiar la vida del otro pero sólo basándose en algunos aspectos, sin llegar a ver su totalidad, y sin siquiera plantearse que todo, absolutamente todo, tiene su parte positiva como negativa.

    Siempre es bueno leerte, un beso.

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    1. Creo que, de algún modo, forma parte del sentir humano.
      También hay dichos que se refieren a que es preferible hacer algo que te apetece o te llama la atención, aunque sea un fracaso, que estar el resto de tu vida añorando haber hecho lo que dejaste de hacer.

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  2. Excepcional película. En 2011 se llevó a cabo un remake protagonizado por Donald Sutherland y el batería de U2, Larry Mullen Jr.

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  3. Una bonita película
    Con un Rochefort magnifico

    Saludos

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  4. Entonces vale la pena, al menos por el planteamiento filosófico

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  5. Hola Trecce!
    No la he visto, se agradece la recomendación. Le estoy dando vueltas a el poster, me recuerda a algo y no doy con el tema...
    Saludos!

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    1. Pues no lo sé, pueden ser unas cuantas, se me ocurre "El oficial y el espía", sobre el caso Dreyfus, tiene un vago aire por lo de los dos rostros, aunque en una superpuestos y en otra enfrentados.

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