lunes, 21 de marzo de 2022

EL TEMIBLE BURLÓN

 


El capitán Vallo (Burt Lancaster), un pirata que aterroriza a las tripulaciones de los barcos que navegan por el Caribe, se involucra en los acontecimientos de la revolución de un país caribeño a finales del siglo XVIII.


En ocasiones olvidamos que el cine, pese a quien pese, no deja de ser una forma de expresión artística y, como tal, sujeta a diferentes miradas. El mundo está lleno de pinturas o esculturas que para unos son una auténtica tomadura de pelo y que otros ven como maravillas de la creatividad por las que estarían dispuestos a pagar y a colocar con todos los honores en el sitio más visible de su casa. En este film, habrá quien se quede con su trama bastante pedestre, un montón de situaciones chuscas, artificiosas e incongruentes, todo pensado para el lucimiento de su protagonista y sus acrobacias, pero de manera un tanto artificial.


Sin embargo, quien conserve cierta mirada infantil (lo digo sin ningún ánimo peyorativo, sino todo lo contrario), quizá sea capaz de sumergirse de nuevo en aquellas mañanas o tardes de domingo, cuando los niños íbamos al cine solo con nuestros amigos y, tras ver películas de este estilo, salíamos convertidos en el capitán Vallo, con su camarada de piruetas al lado, jugando a desplegar las velas, apretar las jarcias y gritando ¡timonel, rumbo noreste! 
Cuenta Christopher Lee, que tiene un papel secundario en este film, que la película estaba concebida como algo más serio, pero Robert Siodmak decidió convertirla en una comedia, cogió el guión, un retoque por aquí, otro por allá, ¡et voilà! 
Si queremos disfrutarla, quizá sea esta la única manera, tomarla como lo que es, un divertimento de aventuras, una comedia que tomada en serio se torna incongruente, pero que tiene el encanto de los número circenses de un Lancaster en plena forma, escenas cómicas inocentes, aquel característico colorín de cuando el cine estaba abandonando el blanco y negro y unos efectos especiales simples de cuando no se podían retocar las cosas en el estudio. 
¿Que puede resultar ridícula?, pues seguramente, pero también es entrañable.




4 comentarios:

  1. Interesante este repaso que estás haciendo de la filmografía de Burt Lancaster. En referencia al comentario con el que cierras la entrada, yo no creo que estas películas resulten ridículas: es el mundo el que ha ido por derroteros cada vez más retorcidos. De hecho, un poco de aquella inocencia no nos vendría mal hoy en día con la que está cayendo.

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  2. Eran películas en que ya se pasaba de las protagonizadas por machos alfa a anuncios de dentríficos.

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    1. Más o menos, pero no creas que las de ahora son mucho mejores en ese aspecto.

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