sábado, 15 de mayo de 2021

MI NOMBRE ES JOE

 


Joe Kavanagh (Peter Mullan) está en el paro. Después de ser un alcohólico durante años, ha conseguido dejar de beber y dedica buena parte del tiempo a entrenar al peor equipo de fútbol de Glasgow. Ayuda también a una pareja de jóvenes drogadictos que tienen un hijo y en cuya casa conoce a Sarah Downie (Louise Goodall), una asistente social que se ocupa de ellos. Joe y Sarah se enamoran apasionadamente, pero su relación no es nada fácil en un mundo donde la vida cotidiana es realmente dura.


En línea con su manera de hacer y entender el cine, Ken Loach nos acerca este drama social que habla de la dureza de la vida y de la espiral sin salida en que se hallan algunas personas cuando se ven atrapados en esa ruleta mortal de las drogas.


Peter Mullan es uno de esos personajes que se sobreponen a la tragedia y trata de ayudar a quienes son más débiles que él. Su compromiso a veces va mucho más allá de lo esperado sin medir las consecuencias que pudiera tener para él, sólo ve que la vida a veces te pone delante tesituras en las que tienes que elegir y él solo sabe eligir un camino que es de la solidaridad con quienes considera los suyos, los desheredados, los que soportan los golpes de la vida. 
Con una notable interpretación de Peter Mullan, y una excelente ambientación en los barrios marginales de Glasgow, Loach reflexiona sobre la dureza de la vida, la exclusión social, las mafias o las drogas, con un leve mensaje de esperanza de la mano de la solidaridad entre quienes nada tienen mas que su propio nombre.




6 comentarios:

  1. No la he visto. Aunque, habiendo visto otras películas de Ken Loach, tengo la sensación de que sí la he visto. No sé si me explico...

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    1. Te explicas, aún así, pareciendo que Loach siempre habla de lo mismo, creo que merece la pena.

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  2. Uno de los títulos más agradecidos de Ken Loach.

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    1. Estoy de acuerdo, a pesar de que a algunos les parezca que siempre hace el mismo film, a mí personalmente, esta y alguna otra, me parecen de un nivel de gran realizador.

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  3. No pasa nada por hablar siempre de lo mismo. Ahí tenemos, por ejemplo, a Ozu: casi siempre habló de lo mismo y, sin embargo, sus películas son maravillosas. Además, se trata en realidad de "variaciones sobre un mismo tema", tanto en el caso de Ozu, por seguir con el ejemplo, como en el de Loach u otros.

    Pero, qué curioso, solo reparamos en que supuestamente se habla de lo mismo cuando se habla de estos asuntos, tan incómodos: alcoholismo, paro, etcétera. Nadie se queja de que en la mayoría de las películas comerciales siempre se hable de lo mismo o de que Tarantino haya hecho el mismo tipo de cine... Hombre, si nos quejamos de unos, quejémonos de otros...

    Saludos,
    Marcos M.

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    1. Estoy de acuerdo, Loach es un autor comprometido con temas sociales y esto molesta a cierto tipo de público y crítica.

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