viernes, 18 de septiembre de 2020

EL AMANTE DOBLE


Desencantada con el efímero glamour del mundo de la moda, Chloé (Marine Vacth), una vulnerable modelo parisina de 25 años, está convencida de que los severos y persistentes dolores abdominales que sufre provienen principalmente de un trastorno psicosomático. Como resultado, acude a la consulta del psicoanalista Paul Meyer (Jérémie Renier), un tipo encantador por el que sentirá una correspondida atracción sexual que hará imposible continuar con la terapia. 
Unos meses después, ambos se mudan para vivir juntos, pero Chloé pronto descubre que su amante oculta parte de su identidad.


El guión adapta una novela de la novelista, cuentista, autora teatral, editora, y crítica estadounidense Joyce Carol Oates, escrita bajo el seudónimo de Rosamond Smith, publicada en 1987 y titulada Lives of the Twins (La vida de los gemelos), un peculiar thriller psicológico, semejante en cierto modo al conocido acertijo sobre las dos tribus, una de las cuales siempre dice la verdad, mientras que la otra siempre miente.


La cuidada fotografía presta especial atención al tema del doppelgänger, el doble malvado que nos ronda a todos. A través de superficies que reflejan dobles, como espejos, contraposiciones, visiones oníricas, escenas en salas de arte y duplicidades, la narración nos conduce hacia un caleidoscopio enloquecedor donde se pierden todas las certezas. Estéticamente la película es una joya, y la actuación también destaca por jugar a favor de esta permanente disociación.


El argumento, con mucho toque freudiano, resulta algo inverosimil y la película se mantiene interesante gracias al espléndido de trabajo de los dos protagonistas, la belleza serena y algo andrógina de Marine Vacth, que ya ha trabajado anteriormente con François Ozon y el belga Jérémie Renier, que participa regularmente en las películas de los hermanos Dardenne, interpretando aquí un doble papel, tierno y romántico en uno de sus personajes y perverso y turbio en el otro.
También muy interesante el aspecto visual, planos llamativos, cuidados al detalle, de una estética que por momentos roza el amaneramiento, con las secuencias que se desarrollan en el museo, las escaleras de los edificios o el puente que atraviesa diariamente la protagonista y los edificios del fondo, así como algunos otros, que denotan en gran trabajo de localización y composición y una especial delicadeza a la hora de componer los planos. 




2 comentarios:

  1. Sin dejar de ser fiel a su estilo, Ozon se acerca en esta película al universo de cineastas como Brian De Palma. De todos modos, yo sigo prefiriendo su vertiente más disparatada: la de "8 mujeres" o "Potiche", ambas con la Deneuve.

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  2. Me encantó la parte que podíamos llamar artística, visualmente es una maravilla.

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