viernes, 11 de septiembre de 2020

DEMONIOS TUS OJOS


Oliver (Julio Perillán), un joven director de cine asentado en Los Ángeles, descubre una noche en una web erótica que la protagonista de uno de los explícitos vídeos es su hermana pequeña, Aurora (Ivana Baquero). Sorprendido y confuso, decide viajar a Madrid, tras varios años sin visitar a su familia. Comienza así una búsqueda obsesiva de respuestas, un viaje íntimo hacia la turbación y la verdad de la imagen, una historia de dominación y manipulación, sobre los límites de la moral y la pérdida de la inocencia vital y audiovisual, en la que él sentirá una especie de fascinación por su mediohermana y ella, una estudiante que vive con su madre, está encantada por la atención que recibe de su encantador hermano, mucho mayor que ella.


Una cosa es lo que el bueno de Pedro Aguilera quiso hacer con esta película y otra lo que consigue.
El realizador español a la hora de explicar su película, reflexiona sobre la imagen y lo que su creación desmesurada y el consumo que hacemos de ella, supone para nosotros en el mundo actual, la forma en que nos mediatiza y nos lleva por caminos que no responden a la realidad, ya que, según explica Aguilera, las imágenes han perdido magia y se han convertido en ficticias y ambiguas.
El film plantea unas cuantas preguntas sobre la pérdida de la inocencia, la perversión, dónde se hallan los límites a ciertas cosas que hacemos en nuestras vidas, o el abuso de poder de unas personas sobre otras.


Todo ello rodado en formato 1:33 que ha llamado mucho la atención y con el que el realizador pretende crear un ambiente claustrofóbico y dar realce a las miradas y gestos de los actores procurando que lo que hay alrededor de ellos no aparezca en pantalla para no distraer la atención del espectador.
Como punto de partida, los planteamientos no están mal, es cuando menos llamativo este relato sobre transgresión de tabúes en un universo regido por la toxicidad de la mirada y la devaluación del poder de la imagen por la sobresaturación de estímulos que nos provoca, pero al final, parece desembocar en una historia que no acaba de enganchar y aquello se convierte en una especie de cuento sobre una serie de personajes de clase acomodada que se aburren y parecen imbuidos de la idea de que pueden hacer todo lo que les viene en gana sin importarles normas de conducta y respeto a los demás.
Uno de los atractivos del film es ver de nuevo en pantalla a Ivana Baquero, la niña de El laberinto del fauno, película por la que obtuvo un Goya por su interpretación y que, por supuesto, ha crecido.




2 comentarios:

  1. Siempre me he preguntado cómo reaccionaran los parientes de las actrices porno o simplemente que enseñan chicha en la pantalla.

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