viernes, 13 de diciembre de 2019

SICARIO

En la zona fronteriza sin ley que se extiende entre Estados Unidos y Mexico, Kate Mercer (Emily Blunt), una idealista agente del FBI, es reclutada por Matt Graver (Josh Brolin), un oficial de las fuerzas de élite gubernamentales, para ayudar en la creciente guerra contra las drogas, ya que buscan a alguien que tenga conocimientos tácticos.
Kate acepta la misión, ya que siente que el trabajo de este equipo puede ser más efectivo para detener el tráfico de drogas en los EE. UU., donde los cárteles mexicanos están cada vez más enraizados y en el que el grupo especial al que ha sido destinada, tiene la misión de intentar detener lo que supone un avance imparable, formando una especie de barrera intangible que separa la actuación legal de la que no lo es, pues ya no existe en la guerra Gobiernos vs. Drogas; es más, al margen de discusiones éticas mayores, todos sabemos que esta guerra nunca va a terminar
Acompañado por Alejandro (Benicio Del Toro), un enigmático consultor con un pasado oscuro, el equipo se embarca en un viaje clandestino que obligará a Kate a cuestionarse todo aquello en lo que cree si quiere sobrevivir, pues cuando el equipo llegan a El Paso para su primera misión, Kate descubre que el funcionamiento del equipo no es todo lo que en apariencia podría esperarse y que muchos de los procedimientos empleados no serían considerados legales a pesar de la legitimidad del resultado final que se persigue.


De nuevo el canadiense Denis Villeneuve nos plantea una tesitura entre lo lícito y lo moralmente ilícito cuando las situaciones son llevadas al extremo.
En este caso, ambientada en el mundo del narcotráfico, un asunto que no es nuevo en el cine, pero en el que logra crear un clima, si no original, sí diferente, con una historia que no ofrece apenas tregua.


Destacable la fotografía de Roger Deakins, ya consagrado como todo un maestro, que ofrece algunos planos aéreos impactantes y ciertas secuencias magníficas, como la del despliegue del grupo antes de entrar en los túneles, con las siluetas recortadas sobre la hermosa luz naranja del ocaso como fondo. Realmente espectacular.
Es cierto que el guión, en determinados momentos, no acaba de estar pulido y hace avanzar la historia a su conveniencia con pequeños trucos, pero a cambio ofrece algunas cosas interesantes, como la historia paralela del policía mexicano y su familia que nos ayuda a comprender que en este mundo del narcotráfico están involucradas muchas personas que podríamos llamar normales, como cualquiera de nosotros que, por razones diversas, han llegado hasta ahí y son piezas del entramado de las mafias sin que, aparentemente, les suponga mayores problemas de conciencia. Y es que como dice el protagonista, hasta que no consigamos que ese veinte por ciento de la población que aspira ese veneno, deje de hacerlo, a lo más que se puede llegar es a tener cierto control sobre él, pero no va a desaparecer.
Entretenimiento y acción garantizadas y una historia absorbente que te mantiene interesado y de las licencias en el guión, que las tiene, te das cuenta cuando aquello ya ha llegado al final.




2 comentarios:

  1. Que tal Trecce!
    He vuelto a verla recientemente, me sigue pareciendo extraordinaria. Benicio del Toro acojona bastante, tremenda esa escena final con la cena en familia...
    Saludos!

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