viernes, 6 de diciembre de 2019

PRISIONEROS

En una ciudad del noreste de Pensilvania, Keller (Hugh Jackman) y Grace Dover (Maria Bello) y Franklin (Terrence Howard) y Nancy Birch (Viola Davis), dos matrimonios y sus respectivos hijos, cada uno tiene una pareja, son grandes amigos. Mientras las dos familias celebran el Día de Acción de Gracias juntas, las dos niñas pequeñas, Anna Dover (Erin Gerasimovich) y Joy Birch (Kyla-Drew), desaparecen. Según algunos hechos ocurridos con anterioridad durante el mismo día, las dos familias creen que las niñas fueron secuestradas por quienes viven en una autocaravana que estacionó en su vecindario. Su certeza toma fuerza después de conocer al habitante de la caravana, Alex Jones (Paul Dano), un joven mentalmente débil que es apoyado en todos los aspectos por su tía sobreprotectora, Holly Jones (Melissa Leo).
Sin embargo, el detective Loki (Jake Gyllenhaal), el investigador principal que la policía ha designado para el caso, está bastante seguro de que Alex no secuestró a las niñas, sino que ha sido utilizado por algún delincuente sexual o alguno de los pedófilos conocidos en el área. Además, Loki no tiene evidencia para detener a Alex, lo que le pone en desacuerdo especialmente con Keller, quien está seguro de que Alex fue quien secuestró a las chicas. Mientras Loki continúa su investigación con Keller acusándolo de no hacer su trabajo, siguiendo lo que considera son pistas inútiles, Keller decide que tiene que tomar el asunto en sus propias manos y presionar a Alex para que confiese donde están las chicas, utilizando para ello cualquier medio que pueda resultar eficaz según su particular punto de vista.


Mas allá de las situaciones criminales o del suspense y la investigación alrededor de la desaparición de las dos niñas, el canadiense Denis Villeneuve, plantea algunos dilemas morales que, en un momento determinado y a distintos niveles, nos podrían afectar a cualquiera de nosotros.
El más importante el de si es lícito tomar propias iniciativas para resolver asuntos que nos atañen al margen de los cauces establecidos cuando consideramos que esos cauces son inoperativos. ¿Hasta qué punto está legitimado alguien para adoptar medidas que afectan a las personas, para resolver sus propios asuntos?
Keller, un tipo que se nos muestra violento bajo su aparente capa de serenidad, está decidido a encontrar a su hija cueste lo que cueste y aunque haya que pasar por encima de la Ley. No duda en secuestrar a quien está seguro sabe dónde están las niñas, aunque la policía no tenga motivos legales para su arresto y le somete a las más aberrantes torturas a pesar de que es un deficiente mental.
Todo en la convicción absoluta de que la policía no hace bien su trabajo y de que será él quien se las tenga que arreglar para rescatar a su pequeña, aún a costa de dejar a un lado todas la normas legales y morales.


Película de historia absorvente, bien planificada, con un estupendo guión que va dejando cabos sueltos que se atarán al final con cierta lógica y con un diseño conseguido de ambientes oscuros y perturbadores a pesar de ser escenarios relativamente cotidianos.
Un buen entretenimiento y un mensaje que deja preguntas sobre lo moralmente lícito y hasta que punto lo es.




4 comentarios:

  1. El argumento me recuerda a una compañera de trabajo, cuyo lema en la vida es: "Por mi hijo mato." Y no tengo la más mínima duda de que lo haría, eso sin tener en cuenta que el hijo tenga o no razón. Derecho de sangre lo llama.

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    1. Lo malo de esta gente es cuando están equivocados y se empeñan en señalar como culpable a quien no lo es o caben dudas de que lo sea.

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  2. Hola Trecce!
    Asi como otras peliculas son puestas por las nubes creo que esta no recibio el trato merecido. Me parece una pelicula extraordinaria y con un final de esos que te tienen el corazon en un puño.
    Muy buena reseña y la reflexión que nos propones.
    Saludos!

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    1. Yo también creo que esta película se merecía mejor suerte.

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