El joven Pemberton entra a trabajar como tutor de un muchacho llamado Morgan Moreen. Pemberton desea mejorar su maltrecha situación económica, pues sus escasos ahorros, se han evaporado en un viaje por diversos países europeos.
Bajo la apariencia aristocrática de los Moreen, Pemberton descubre bien pronto que se esconde "una banda de aventureros", como él los llama, que no le pagan, ni van a hacerlo pues, dificultades económicas aparte, consideran un privilegio para cualquiera, dar clases a tan inteligente alumno.
A pesar de las dificultades de supervivencia que le supone, Pemberton se ha encariñado con el niño y alarga todo lo que puede su estancia con los Moreen. Ninguno de los obstáculos habituales en este tipo de relaciones profesor/alumno, se dan en este caso, y es la amistad el hilo conductor en el relato. Desde el primer momento hay algo que se sale de lo ordinario, ya que el niño se aferra a su tutor con una especie de desesperado cariño.
No conozco esta obra; pero, por tu reseña, pienso que el autor hará un análisis psicológico profundo y sumamente interesante.
ResponderEliminarLo hace, José Luis.
EliminarJames describe muy bien como a veces las relaciones entre profesor y alumno es algo más que la enseñanza de una materia curricular.
ResponderEliminarAlgo imposible en aulas de 40 alumnos, como bien sabes.
EliminarNo lo he leído, pero a priori se me antoja un tanto inverosimil la trama, tal vez por ello le hinque el diente para ver cómo lo resuelve el autor. Todo un reto.
ResponderEliminarEl autor construye bastante bien su historia para darle credibilidad, aunque es cierto que, a veces, parece que tiene más paciencia que un santo para aguantar con una familia que no le paga, pero en la realidad ocurren cosas así, hemos oído (incluso conocido) gente que sigue con sus antiguos patrones cuando estos se han arruinado por motivos de lealtad o por simple inercia.
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