

Durante su cautiverio, intentó escapar en varias ocasiones, sin éxito, y al final fue liberado gracias al rescate pagado por el fraile trinitario fray Juan Gil. El 27 de octubre llega a las costas españolas y desembarca en Denia (Valencia): Su cautiverio ha durado cinco años y un mes. En 1581 fue a Orán, en misión desconocida, y luego a Lisboa, a dar cuentas al gobierno de Felipe II. Nunca le fueron recompensados sus méritos militares.
Es cierto que para casi todo hombre, hay una serie de valores que son sagrados, o casi, pero hay personas que tienen una especie de autoridad moral sobre el resto de los mortales para ensalzar o defender esos valores, precísamente porque en algún momento de sus vidas han sufrido su carencia.
Nadie mejor para hablar de paz que quien ha sufrido las desgracias de una guerra, o para defender la vida quien ha visto cómo segaban la de sus seres queridos.
Así Cervantes, cautivo en Argel, como hemos visto, pone en boca de D. Quijote estas palabras, que tienen más valor precísamente por venir de quien vienen:
"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres"
Y la libertad tampoco nos la regalan, hay que mantenerla día a día...
ResponderEliminarPor ahí va la cosa, amiga.
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