viernes, 10 de diciembre de 2010

TÍO VIVO

La revista "Tío Vivo" nació como fruto de la iniciativa de un grupo de dibujantes que crea una cooperativa llamada D.E.R. (Dibujantes Españoles Reunidos), un caso único en España y yo creo que en toda Europa.
El primer número de la revista, dirigida al público adulto, salió en 1957 gracias al esfuerzo de un grupo de dibujantes (Escobar, Peñarroya, Conti, Cifré y Giner), sometidos a contratos leoninos por la todopoderosa Editorial Bruguera, que se sentían explotados y deseaban poder controlar los derechos sobre sus creaciones.
Con el tiempo, nuevos creadores pasaron por sus páginas, y en 1960 es adquirida precísamente por Bruguera, que no deseaba competencia en el mercado y continúa publicándola con formato parecido hasta 1961. A partir de ese momento, que coincide con el número 181, Bruguera inicia una nueva etapa de la revista, reiniciando su publicación desde el número cero, llegando al 1042 en 1981 en que la revista desaparece definitivamente.
Series como Blasa, portera de su casa, El mago Assieres y El profesor Tenebro, de Escobar; Golondrino Pérez, Rosalía y El mago Megatón, de Cifré; La familia Pi, de Peñarroya; Lolita y Enrique se van a casar, de Giner; y El caco Bonifacio, de Enrich, poblaron sus páginas, aunque las más recordadas hoy sean quizá las de Francisco Ibáñez, quien contribuirá a la revista con algunas de sus más importantes creaciones, como 13 Rúe del Percebe o Rompetechos.


6 comentarios:

  1. Me encanta los nombres que les ponían a las series... Por cierto, hoy hemos estado en el Museo Escolar de Pusol en Elche y lo que más me ha recordado mi tierna infancia ha sido el quiosco, con los TBO, Jaimito, DDT, o aquellos libros de la editorial Bruguera (creo), que se podían leer primero resumido en forma de cómic cada dos hojas, y después te devorabas el texto... Y tantas otras publicaciones infantiles.
    Voy a ir pensando en la telepatía...
    Un abrazote.

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  2. Recuerdo perfectamente esos libros que dices, creo que todos los niños y jóvenes de entonces teníamos alguno en casa y qué decir de los tebeos (cómics, como se dice ahora) que fueron los que despertaron en tantos la afición por la lectura.

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  3. Luego llegaron Zipi y Zape, Pepe Goteras y Otilio, chapuzas a domicilio, el Botones Sacarino, Mortadelo y Filemón y la Tia, la abuelita Paz, y aquel cromañón (Gu!?)..., Rompetechos, Carpanta... (Gracias Ibáñez!)
    Y después llegaron Asterix y Obelix, Tintin... ¡Que buenos ratos!
    Un abrazo.

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  4. De hecho, muchos de ellos, ahí siguen aún y seguirán, por lo que se ve, vendiendo ejemplares de las mismas historias a las generaciones nuevas.

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  5. ¡Qué añoranza recordar a Rompetechos, a la rue del Percebe, a Blasa y a Lolita y Enrique... Fue uno de los tebeos míticos de mi infancia. Gracias por traer este recuerdo a esta cincuentona que se ha vuelto nostálgica por un momento. Un besazo.

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