lunes, 23 de enero de 2023

BAJO LAS ESTRELLAS DE PARÍS

 


Christine (Catherine Frot) es una sintecho que vive en París. Una gélida noche de invierno encuentra a Suli (Mahamadou Yaffa), un niño de Burkina Faso de 8 años que no habla francés, frente a su refugio. Unidos por sus condición de marginales, ambos se embarcarán en un viaje emocional para intentar encontrar a la madre del niño en la ciudad del Sena.


Claus Drexel, el cineasta alemán afincado en Francia, muy concienciado con los problemas sociales, nos muestra un asunto desgraciadamente cercano y actual: la llegada masiva de emigrados desde países pobres o en guerra, personas que se han caído, literalmente, del sistema y que buscan desesperadamente un asidero humano. Personas ignoradas o directamente consideradas molestas, cuya presencia en Europa se ha multiplicado exponencialmente. 
El film refleja también la insolidaridad presente a veces, entre los que se supone que están en el mismo escalón, esa gente pobre pero nativa del país, que mira por encima del hombro a quienes han llegado de lejanos países, convencidos de que les van a arrebatar lo poco que poseen. 
La protagonista es una sexagenaria física y moralmente destruída y que no interactúa ni siquiera en los comedores sociales a los que acude. Alguien que intuímos tuvo un pasado feliz, al menos normal, pero que ha venido a parar a donde la encontramos.


El film debe gran parte de su encanto a esa mujer uraña encarnada por Catherine Frot. La historia trata de huír del excesivo sentimentalismo, centrándose en la supervivencia de esa extraña pareja, el tono amable para el espectador por el que discurre, le priva de una crítica más punzante, pero también hace que quede alejado de la demagogia en que caen algunas de estas películas. Alternando bellísimas imágenes de París, con otras realmente desoladoras, muestra de dos mundos tan distintos y tan cercanos que, en ocasiones, no se aprecia la línea que los separa en un mismo entorno. La metáfora que supone ver la vida acelerada de la superficie, poblada de ciudadanos que van a sus trabajos o hacen turismo, cuando debajo de los puentes del Sena por los que transitan, hay un submundo de pobreza y miseria, es un buen resumen de lo que supone, sobre todo en las grandes ciudades, este contrasentido en que vivimos.




3 comentarios:

  1. Ya desde su propio título, intenta buscar el lado poético de la sordidez.

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    1. Sin rehuír plantear la cruda realidad, es cierto que la película adopta un tono amable.

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