viernes, 15 de marzo de 2019

EL NIÑO (L'ENFANT)

Bruno (Jérémie Renier) tiene veinte años. Sonia (Déborah François), dieciocho. Son pareja y acaban de tener un hijo a quien Sonia llama Jimmy.
Bruno, que jamás la visitó mientras estaba en el hospital, se burla de la idea de tener un trabajo tradicional y prefiere seguir ganándose la vida cometiendo delitos menores junto a su joven compañero Steve (Jérémie Segard), de apenas 14 años. Incluso ha subarrendado el pequeño apartamento de Sonia mientra ella estaba en el hospital, en tanto él duerme en el albergue para personas sin hogar, o envuelto en cartones en lo que llama el refugio, situado a la orilla del río.
Al día siguiente de salir del hospital, Sonia permite a Bruno llevar a Jimmy a dar un paseo mientras ella aguarda en la cola a que le toque su turno para cobrar el subsidio que percibe. En ese tiempo, Bruno toma la decisión unilateral de vender a Jimmy a una agencia de adopción del mercado negro. Al descubrir lo que Bruno ha hecho, Sonia tiene una crisis y pierde el conocimiento. Ante el temor de que Sonia le entregue a la policía cuando recupere la conciencia, Bruno intenta recuperar a Jimmy mientras deja a Sonia en el hospital en su estado inconsciente.
Pero Bruno pronto aprenderá que recuperar la confianza de Sonia no será tan simple como piensa en su infantil y fantasiosa imaginación. Y también aprenderá que recuperar a Jimmy no es tan fácil como devolver el dinero sin más.


Escrita y dirigida por los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, fue galardonada con la Palma de Oro en el festival de Cannes de 2005.
La película nos traslada imágenes realistas que retratan a una pareja de escasa formación, escasos recursos económicos, tendencia a la marginalidad y una mentalidad de absoluta inmadurez.


Sin embargo, a Sonia, el nacimiento de su hijo parece que le ayuda a replantearse su vida y a tomarse en serio sus obligaciones, algo que no ocurre con su pareja que continúa con su despreocupada actitud de adolescente, pensando solo en el día a día y gastando lo que obtiene de sus trapicheos sin pensar en lo que pueda suceder mañana.
El mismo título de la película es un juego de significados, el niño es el bebé, pero también es el padre, un tipo de una inmadurez que resulta extrema. Cuando le dice a Sonia que ha vendido al niño, sorprendido ante la perplejidad de ella, solo se le ocurre decirle, con la más absoluta naturalidad: "No te preocupes, haremos otro".
A lo largo de la película, vemos imágenes que resaltan esta actitud inmadura del joven, como cuando está con el cochecito del bebé y no hace sino meter los pies en el barro, para estamparlos contra la pared y dejar la huella de su zapatilla, como un adolescente cualquiera.
El amor que siente la pareja es sincero, pero también inmaduro. A pesar de todos los pesares, de sus engaños y las faenas que prepara, Bruno no puede vivir sin el refugio de Sonia y ésta, tras habérselo quitado de encima, no puede evitar darle otra oportunidad, en un final que abre una ventana a la esperanza de futuro.




2 comentarios:

  1. Aún no la he visto, pero es muy de los Dardenne por lo que cuentas, así que le tengo ganas. Me gusta el cine personal de los hermanos belgas. Te recomiendo "El hijo" y "Rosetta", son anteriores a esta que reseñas. Saludos.

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