miércoles, 9 de septiembre de 2015

DOCTOR ZHIVAGO

Lara (Julie Christie), una joven huérfana de padre, hija de una costurera moscovita, es seducida y deshonrada por Komarovski (Rod Steiger), un empresario y abogado sin escrúpulos, antiguo conocido del padre de Lara a cuya madre ayuda, aparentemente, a controlar las finanzas del negocio. Lara escapa de él para casarse con un idealista revolucionario, Pável Antípov (Tom Courtenay), conocido como Pasha, que en la Revolución de 1917 toma el nombre de guerra de Strélnikov para convertirse en un bolchevique salvaje. Lara, enfermera voluntaria durante la I Guerra Mundial, se encuentra en el frente con el doctor y poeta Yuri Zhivago (Omar Sharif), quien ya la conocía y admiraba, desde que una noche, víspera de Navidad, la vio disparar contra Komarovski en los tiempos de la Belle Epoque en Moscú. Tiempo después, los protagonistas consiguen consumar su amor debido a una aparatosa coincidencia: en un rincón de los Urales, Zhivago, refugiado de los rigores bolcheviques con su familia (esposa, hijo y suegro), se encuentra con Lara (a su vez madre de una niña) en la biblioteca del pueblo. Se vuelven amantes y comparten un piso hasta que el Ejército Rojo se lleva a Zhivago, reclutado forzosamente ante la necesidad de personal médico.
Yuri había quedado huérfano muy pequeño y fue adoptado por sus tíos y llevado con ellos a Moscú, tratándole siempre como si fuera su propio hijo. Todo el mundo sabía que Zhivago se casaría con su prima Tonya (Geraldine Chaplin), pues ambos estaban enamorados. Así fue y tuvieron dos hijos, pero la aparición de Lara, crea este inevitable triángulo en el que Zhivago siempre luchó entre la lealtad a su esposa legal, a la que seguía queriendo, y su amor apasionado por Lara.


Adaptación del clásico del escritor ruso Borís Pasternak, memorable poeta y que con esta novela se vio catapultado a la obtención del Nobel de literatura al que renunció ante las amenazas de no permitirle regresar a la Unión Soviética si iba a Estocolmo a recogerlo.
El libro, incluye al final los poemas de Zhivago.


Concebida como una gran superproducción por la MGM (la anunciaba como una mezcla de Lo que el viento se llevóGuerra y Paz), el productor italiano Carlo Ponti, se había hecho con los derechos de la novela, seguramente con la idea de que su esposa Sofía Loren interpretara el papel de Lara, algo que, por cuestiones que no vienen al caso, no fue así.
La película contaba con los ingredientes para gustar al gran público y, pese a las críticas demoledoras, gustó, resultando del todo lógico que un director como David Lean la filmara en 1965, ofreciendo una versión lírica bastante fiel al espíritu de Pasternak y consiguiendo ese algo tan difícil y tan perseguido por los cineastas, como es hacer una buena película que, además, resulte comercial.
Rodada íntegramente fuera de la URSS (que no concedió los permisos oportunos y donde no fue proyectada hasta 1994), supuso un éxito absoluto gracias al boca a boca y, en no poca medida, al inmenso y grandioso "Tema de Lara", el centro de la banda sonora con la que Maurice Jarre obtuvo el Oscar. Una canción que también sufrió (y sufre) críticas pero que figura en cualquier antología de música de cine que se precie y que mucha gente (algunos sin saber de dónde viene), saben tararear.
Con sublimes interpretaciones, un Omar Sharif que llena la pantalla y Julie Christie realmente angelical y una estupenda fotografía, el film es ya un clásico del cine de todos los tiempos.


"Doctor Zhivago" es un fresco histórico que va de la Revolución de 1905, de aquellas jornadas que hicieron temblar al zar Nicolás y emocionaron a jóvenes como Pasternak, hasta el año 1943, cuando apareció en el horizonte la posibilidad de derrotar a los invasores alemanes. Pero aquí se alía con la naturaleza melodramática del novelón romántico, construyendo una historia atractiva en la que los hechos históricos, que tienen gran importancia en el guión, juegan un papel secundario en muchas fases del film, frente a la historia de amor de Zhivago y Lara, uno de los folletines románticos más emblemáticos de la cinematográfia.
Muchas fases de la película, incluídos los interiores, se rodaron en España (también en Finlandia y Canadá), y la escena final, tiene como fondo la presa de Aldeadávila en la provincia de Salamanca, muy cerquita de Zamora.




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