lunes, 21 de septiembre de 2015

EL GRADUADO

Ben Braddock (Dustin Hoffman), acaba de graduarse, consiguiendo una beca prestigiosa gracias a su brillante expediente académico.
En casa le han preparado una recepción por todo lo alto, algo que no concuerda con el carácter retraído de Ben, que se muestra agobiado por tener que comparecer ante vecinos y amigos de sus padres que no paran de felicitarle y augurarle un brillante provenir.
Una de esas invitadas es la Sra. Robinson (Anne Bancroft), que pide a Ben que la acerque a casa en su flamante Alfa Romeo Duetto, regalo de su padre por su graduación.
Cuando llegan a casa de la Sra. Robinson, esta insiste para que Ben la acompañe al interior diciéndole que quiere comprobar que no hay peligro y más adelante insiste en que se quede hasta que llegue su marido porque le da miedo estar sola en casa.
Ben es consciente de que la mujer está intentando seducirle y le dice que no quiere nada con ella, hasta que por fin llega el Sr. Robison (Murray Hamilton), que le anima a que aproveche sus 21 años recién cumplidos y disfrute de todas las oportunidades que la vida le presente para divertirse.
Al día siguiente, Ben telefonea a la Sra. Robinson y se cita con ella en un hotel, será el principio de sus frecuentes encuentros clandestinos, una situación que se verá complicada cuando aparece en escena Elaine (Katharine Ross), la hija de los Robinson y Ben se enamora de ella.


Basada en una novela escrita por Charles Webb, la película omite algunas cosas de las que están en el libro, a pesar de lo cual es bastante fiel al texto original, aunque es cierto que el final, cambia un detalle sustancial que tampoco es trascendente para el contenido de la historia en sí.
Todas las escenas de sexo, están tratadas con humor no exento de cierto toque dramático y, en cualquier caso, a base de sugerir sin mostrar, todo muy elegante.


Aunque el film ha alcanzado fama por otras razones, su realizador, Mike Nichols, que ganó el Oscar de ese año, lleva a cabo en la misma una serie de experimentos con la cámara que no son demasiado comentados, pero que suponen un meritorio trabajo, entre otras cosas, el empleo del zoom para las tomas a larga distancia que se repiten en algunos pasajes del film o la utilización de sobreimpresiones de imágenes. La verdad es que sus experimentos están bastante logrados y nos demuestran que se pueden buscar variaciones y novedades sin renunciar a la calidad y, de paso, sin que sean obstáculo para contar una historia.
Buenas actuaciones y una banda sonora que nos regala las canciones de Simon & Garfunkel, que ya serían motivo suficiente para ver la película.


El graduado es una película mítica en la historia del cine, para comprenderlo es necesario, como casi siempre, tratar de ponerse en la época, entender todo el trasfondo que hay bajo el retrato de la clase media norteamericana y algunas de sus obsesiones y las desesperanzas que se esconden bajo el brillo de sus lindas casas con piscina, en las que viven matrimonios abocados al fracaso, esposas aburridas, alcoholismo, etc.
Ben Braddock es el estereotipo del joven que trata de escapar de aquel mundo, pero no sabe muy bien cómo, algo que el film nos muestra por medio de la propia historia, pero también mediante el uso de símbolos, como el agua en la que se sumerge Ben o los cristales en forma de puertas, ventanas, peceras o mamparas que se interponen en su camino.
Un film muy interesante, con una vena humorística nada despreciable y muy conseguida, que invitan a la risa, además de a la reflexión.




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