viernes, 27 de junio de 2025

LA MUJER CRUCIFICADA

 


Yukiko Mabuchi (Yoshiko Kuga) es una estudiante de música que regresa de Tokio a Kioto tras un intento de suicidio, después de que su amante descubriera la profesión de su madre, Hatsuko (Kinuyo Tanaka), una viuda que regenta una casa de geishas. El joven doctor Kenji Matoba (Tomoemon Otani), que mantiene un affaire con Hatsuko, se siente atraído por Yukiko. Ella, al principio, lo rechaza, a él y a todo lo relacionado con la casa de geishas, pero sus sentimientos van cambiando y llega incluso a enfrentarse a su madre.


El film ofrece un contraste de actitudes y costumbres frente al amor y las relaciones y la manera de ver el negocio familiar de las dos mujeres ahora enfrentadas al verse atraídas por el mismo hombre.


Kenji Mizoguchi ofrece una sutil visión del mundo de la prostitución, quizá junto a las guerras, el hambre y la falta de libertades, una de las mayores vergüenzas de la humanidad. Por medio del triángulo amoroso que sustenta la trama del film, nos muestra también el enfrentamiento entre la cultura tradicional y la modernidad que comienza a impregnar algunas capas de la sociedad japonesa tras la guerra, siempre poniendo al hombre en el centro de la diana de la situación de postergamiento que sufren las mujeres.




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