miércoles, 18 de junio de 2025

LA VIDA DE OHARU, MUJER GALANTE

 


Oharu (Kinuyo Tanaka), hija de un samurai, es expulsada de la ciudad de Kioto junto a sus padres y condenada al exilio por enamorarse de un criado. Tras la ejecución de su amante, Oharu es obligada por su padre, como una especie de castigo por haber avergonzado a la familia, a convertirse en la concubina de un gran señor, al que su esposa no ha podido dar un heredero. Para mayor desdicha, después de dar a luz la arrebatan a su hijo y es expulsada de la casa.


Adaptación de la novela Kōshoku Ichidai Onna, del japonés Saikaku Ihara (seudónimo de Tōgo Hirayama), escrita en el siglo XVII. En algunos de sus libros, como es el caso, Saikaku escribió sobre las peripecias y amoríos de la clase mercantil y las prostitutas en los barrios licenciosos de las grandes ciudades de su tiempo: Osaka, Kioto y Edo.
En esta película, la protagonista es ya una mujer de cincuenta años convertida en prostituta e incapaz, por su edad, de atraer hombres. Mediante un largo flashback que ocupa prácticamente toda la película, rememora su triste vida. 
Para algunos fue la película con la que Kenji Mizoguchi captó la atención internacional, pasando a ser uno de los directores más valorados del cine japonés más allá de las fronteras del país nipón.


El film es el retrato de una mujer apaleada por la vida, una serie de abusos, contrariedades y mala fortuna, la convierte en un despojo social. Por extensión, su vida es la de tantas otras, que sin la suerte de pertenecer a una familia poderosa o de haber encontrado un marido que las trate con respeto, se ven en manos de padres, hermanos, familiares o víctimas de su condición humilde, tratadas como auténtica mercancía y arrojadas a una especie de círculo vicioso del que es muy difícil, si no imposible, escapar. Vendidas como concubinas, obligadas a prostituírse para obtener beneficio de ellas, la hipócrita sociedad que las ha empujado a tal degradación, las señala y las marca como seres indeseables precisamente por haberse convertido en lo que las han obligado a ser. 
Esta es la triste vida de Oharu narrada por el maestro japonés que con la intensidad de su relato convierte al espectador prácticamente en el único ser humano que se apiada de tan afligido personaje.




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