lunes, 8 de mayo de 2023

MOUCHETTE

 


Mouchette (Nadine Nortier) es una joven que vive en un pueblo de la campiña francesa. Su madre se está muriendo y ella soporta en silencio el maltrato de su padre, que se dedica al contrabando; el cuidado de su hermanito (un bebé) y las humillaciones de la gente del pueblo. Una noche coincide en el bosque con Arsene (Jean-Claude Guilbert), un cazador furtivo que cree que acaba de matar a un guarda rural e intenta utilizar a Mouchette para construir una coartada.


El guión adapta la novela de Georges Bernanos Nouvelle Histoire de Mouchette, en la que aborda la lucha entre su conciencia y su fe religiosa, con el silencio de Dios como trasfondo. Fue publicada en 1937, tras el regreso del autor a Francia desde su residencia en Mallorca, donde vivió los inicios de la Guerra Civil Española.


Apenas ha abandonado la infancia, cuando la vida obliga a Mouchette a madurar antes de tiempo, pero ella sigue siendo una adolescente de 14 años, así que hay cosas que no cambian con respecto a otros jóvenes de su misma edad, más teniendo en cuenta su espíritu rebelde y algo salvaje. En las escenas de feria, tontea con un muchacho en los coches de choque: sonrisas tras cada topetazo, búsqueda de un nuevo encontronazo para seguir ese lenguaje peculiar del flirteo, ella sigue al muchacho cuando acaba el viaje, pero enseguida se da cuenta de aquello no tiene continuidad. 
Temida y despreciada al tiempo por la comunidad, ella representa una mezcla de ser feroz e ingenuo, sin referentes que la guíen en el difícil camino de la pubertad. Incluso cuando pierde la inocencia física, se mezclan en ella el orgullo y el desvalimiento, hasta que la indiferencia de Arsene, la deja hundida en el desencanto y la confusión y la empujan a tomar un camino sin retorno que lleva a cabo igual que el resto de las cosas de su vida, mezclando juego y tragedia. 
Bresson nos cuenta esta dolorosa historia con economía de diálogos, las imágenes son sufiente soporte para que el espectador se haga su composición de lugar y los pequeños detalles, muy bien situados en la narración, nos ayudan a saber dónde estamos y en qué época se desarrolla el drama, para que no pensemos que hemos retrocedido dos siglos en el tiempo pese a algunas apariencias (el detalle del Renault-8 y la furgoneta aparcados, que aparecen fugazmente, nos dice que estamos en los sesenta). 
Mouchette está abandonada a su destino, pero en la narración no se toma partido por ella, simplente vemos la realidad que se nos quiere trasladar y será, en todo caso, el espectador, el único que se apiade de la niña obligada a ser mujer a base de bofetadas y empellones con su rebeldía como única defensa.




6 comentarios:

  1. La vi hace bastante tiempo y sé que me gustó, como todo lo de Bresson. Cine puro, le llamo yo, el que cuida la imagen por encima de todo.

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    1. En efecto, economía en el texto y cuidado de la imagen.

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  2. Hola Trecce!
    Otra por descubrir de la que tomo buena nota. Que lejos queda ese Renault 8...jeje
    Saludos y feliz semana!

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