lunes, 22 de mayo de 2023

DUBLINESES

 


El día de la Epifanía de 1904 está a punto de empezar una de las fiestas más concurridas de Dublín, la de las señoritas Morkan. Entre los invitados se encuentra Gabriel Conroy (Donal McCann), sobrino de las anfitrionas y marido de la hermosa Gretta (Anjelica Huston). Esa noche, los invitados disfrutan de una magnífica velada. Gabriel, muy enamorado de su esposa, observa su emoción cuando suena una antigua canción de amor. De vuelta al hotel donde pasarán la noche, Gretta le confiesa un secreto, algo que llevará a Gabriel a reflexionar sobre los eventos de la noche, su matrimonio y el de Gretta, y la vida y la muerte en general.


El guión adapta el relato de James Joyce "The Dead" (igual que el título original del film), el último y más elaborado de los quince relatos que conforman el libro "Dublineses", publicado en 1914. 
La película fue la última que dirigió John Huston, ya muy enfermo, que murió poco antes de su estreno.


Todo en la película nos dirige hasta los sublimes quince minutos finales en los que buena parte de lo que hemos contemplado con anterioridad toma sentido. Entiendo perfectamente a quienes les pueda parecer aburrido el desarrollo de la fiesta en casa de las Morkan, con algunos diálogos que tampoco es que encierren demasiada trascendencia, aunque, todo hay que decirlo, de una elegancia exquisita, como no podía ser menos viniendo de quien viene el texto literario, y que duden de si merece la pena esperar aunque el final cobre vigor. Yo lo que se es que esas escenas últimas son la más espléndida y sentida manifestación de lo que supone una presencia o un momento del pasado que ha dejado huella indeleble en nuestra vida. La revelación de Gretta resulta conmovedora, pura poesía evocadora de las sombras del pasado que llevan a Gabriel a pensar que ha sido un mero figurante en la vida de su propia esposa al conocer el secreto que guarda en su corazón y que provoca un sentimiento tan fuerte que dentro de ella sigue estando presente.




8 comentarios:

  1. Una obra maestra este canto del cisne de John Huston.

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  2. Uno de los mejores finales para una película y también para la carrera de un director.

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  3. Hola Trecce!
    Sin animo de sonar pedante ni presuntuoso, es de esas películas que tienes que ver o a partir de cierta edad o con cierto bagaje, a mi la primera vez me dejo indiferente, tampoco soy ninguna lumbrera a día de hoy pero si que me enfrento a ella con otros ojos.
    Por cierto, menuda saga los Huston...
    Saludos!
    Saludos!

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  4. El testamento fílmico de un gran cineasta.

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