En 2018 la economía global está al borde del colapso; el desempleo ha aumentado al 24% y los precios de la gasolina se han disparado, lo que hace que el ferrocarril se convierta en el principal medio de transporte del país. El gobierno, dirigido por el Dr. Robert Stadler (Robert Picardo) del Instituto de Ciencias del Estado, es incapaz de duplicar la capacidad del desaparecido empresario Ellis Wyatt's para producir petróleo. Dagny Taggart (Samantha Mathis), vicepresidenta a cargo de las operaciones de Taggart Transcontinental, está soportando la carga de la crisis de la nación. A pesar de la disminución de las ganancias y el aumento de las regulaciones gubernamentales, ella lucha para mantener el ferrocarril de su familia con vida, pero su hermano y consejero de la empresa, James Taggart (Patrick Fabian), se interpone en su camino a cada paso, al igual que los dirigentes de Washington y sus compinches. Dagny descubre lo que bien podría ser la solución a la crisis energética en las profundidades de las ruinas de una fábrica que alguna vez fue productiva, donde encuentra un motor revolucionario que aparentemente podría alimentar al mundo entero. Pero no sabe cómo poner en marcha este motor y no se puede encontrar una explicación de su diseño. Mientras, Francisco D'Anconia (Esai Morales), el amigo más antiguo de Dagny, lanza mensajes crípticos y destruye a propósito su centenaria empresa familiar, lo que supone un misterio para Dagny, mientras ella recorre todo el país para encontrar al inventor del motor, la única persona que ella cree que es el antídoto contra las tácticas de sus enemigos.
Segunda entrega de la trilogía basada en el famoso libro de Ayn Rand, en el que expone la llamada filosofía del objetivismo.
En esta segunda parte, se expone de manera más clara y contundente el mensaje en contra de la socialización de la riqueza y la defensa a ultranza de la economía de mercado frente a la economía dirigida.
Es posible que el mensaje quede algo endeble en algunos pasajes, pero es difícil resumir las densas páginas del libro de Rand, algo que resulta necesario para no alargar en exceso la duración de la película.
Tampoco están bien recogidas algunas de las cosas que se relatan en la novela, como la indiferencia de las masas, que únicamente reaccionan al final y que aquí se ve que están protestando en la calle de manera casi permanente.
Aunque a alguno de los personajes le falta fuerza, en general el mensaje queda bastante claro y el espectador puede hacerse una idea de qué es lo que postula esa llamada filosofía del objetivismo. En su momento, veremos lo que da de si la tercera parte.
Estas no parecen estar muy mal, pero ya sabes que cuando pretenden estrujar mucho la teta de la vaca, al final la cagan.
ResponderEliminarSalud Trecce.
El libro es denso, pero es cierto que, sobre todo en la primera entrega, te puedes perder un poco del mensaje global.
ResponderEliminarLa piedra filosofal de hoy día es una máquina capaz de producir energía ilimitada con coste cero.
ResponderEliminarEn efecto, el sueño en que andan embarcados muchos investigadores y quienes ponen la pasta para que lo hagan.
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