lunes, 7 de julio de 2014

EL ESPÍA

Eric O'Neill (Ryan Phillippe) que trabaja como agente del FBI en algunos casos de seguimiento, se prepara y estudia sin descanso para conseguir su máxima ambición: ser agente especial; algo que consiguió hace mucho tiempo Kate Burroughs (Laura Linney), quien ha propuesto a sus superiores a O'Neill para que se haga cargo de un caso un tanto especial por la naturaleza de la persona a vigilar, nada menos que Robert Hanssen (Chris Cooper), un agente de alto rango, especialista en asuntos relacionados con la Unión Soviética y en cuya contra O'Neill debe conseguir pruebas, pues se sospecha que es un pervertido sexual. O'Neill es destinado como ayudante de Hansen en el puesto que éste ocupará a partir de ahora, como encargado de un departamento de nueva creación para proteger al FBI y sus agentes de la infiltración electrónica.
O`Neill debe escribir un diario de todo lo que haga o diga su nuevo jefe, que le entregará al final de cada jornada a Burroughs. Sin embargo, O'Neill sólo se encuentra con un hombre íntegro, muy religioso, feliz en su matrimonio y al que adoran sus nietos, todo ello a pesar de su carácter áspero. Su relación con Hansen y con su esposa Bonnie (Kathleen Quinlan), afectan al matrimonio de O'Neill, pues la esposa de Eric, Juliana (Caroline Dhavernas), se siente incómoda por la manera en que el matrimonio Hansen se inmiscuye en su vida.


Ante esta situación, O'Neill le plantea a su superior la posibilidad de dejar el caso, más teniendo en cuenta que, bajo su punto de vista, tal caso no existe y está convencido de que los cargos contra Hansen son un infundio.
Kate Burroughs decide entonces contarle la verdad: Hansen es un espía al servicio de los rusos, a los que ha servido durante 20 años sin que el FBI, que conocía la existencia de un topo en su organización, lograra dar con él, hasta que la compra por un elevado precio de información confidencial a un agente de los servicios secretos rusos, les ha puesto tras la pista de Hansen. Sin embargo no tienen pruebas consistentes y han de obtenerlas rápidamente, ya que Hansen está a punto de jubilarse y tras su retirada, será imposible incriminarle.


El guión se basa en el famoso caso de Robert Philip Hanssen, un agente del FBI que espió para la URSS y, posteriormente, para la Rusia post-comunista.
Se centra en los dos últimos meses de la investigación, aunque está duró tres meses desde que se sospechó con certeza que Hansen era el topo que llevaban 20 años buscando y que había entregado a los soviéticos a unos cuantos contactos que el FBI tenía entre las filas del KGB y del Ejército Rojo, contactos que fueron eliminados.
Muchas de las cosas que nos cuenta, son inventadas o alteradas, aunque la esencia de la historia se mantiene.


El centro de la narración es el trabajo de O'Neill para desenmascarar a Hansen, un hombre cuidadoso, pero que cometía inexplicables imprudencias. El film se convierte en un duelo interpretativo entre Chris Cooper y Ryan Phillippe, con un trabajo del primero que ha sido unánimemente alabado. Tiene historias paralelas relacionadas con la exacerbada religiosidad del matrimonio Hansen y con los problemas que el caso trae a la convivencia entre los esposos O'Neill. En ambos casos se profundiza poco y sirven, más que nada, de acompañamiento a la trama principal.


Interesante film, aunque el guión resulte algo plano, con momentos de tensión pero que nunca llega a alcanzar altura, sin embargo, cabe decir a su favor que mantiene una línea constante, pues tampoco se aprecian altibajos y, en general, resulta bastante entretenido.
La película contiene un claro mensaje contra la falsedad y la mentira, retratándonos un mundo en el que nada es lo que parece, haciendo apología del patriotismo y la integridad, personificada en el agente O'Neill que, una vez acabado el caso, prefiere abandonar el servicio secreto, para preservar su vida familiar de los peligros que el engaño y la falta de sinceridad a que obliga el trabajo como agente secreto, acaben con su matrimonio.





4 comentarios:

  1. Hace poco vi una serie de espías rusos que vivían infiltrados en Estados Unidos con sus dos hijos y en la que el marido empezaba a encontrarle gusto al american way of life mientras la esposa era acérrima a la ortodoxia del KGB.

    Encuentro ciertos paralelismos con lo que expones del argumento, aunque la película no la he visto.

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    1. Realmente nunca se supo por qué este hombre (que sigue en prisión actualmente y de por vida) espió para los rusos. Él no era comunista y era lo que se conoce por un beato, de religión católica. Se supone que pensaba que su trabajo estaba minusvalorado por sus superiores y eso es lo que llevó a entregar secretos a los rusos y, por cierto, sus delaciones costaron vidas humanas.

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  2. No la he visto Trecce. Por cierto: ¿hay alguna película que no hayas visto?... jajaja joder que tío.

    Saludos.

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    1. Hay muchas, Rafa. De hecho, durante muchos años estuve privado de ver cine, así que supongo que en buena parte es por eso que me ha entrado esta especie de fiebre, para recuperar el tiempo perdido y por si vuelven a darse esas circunstancias contrarias.

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