sábado, 28 de junio de 2014

ANDRÉ LE NÔTRE

Algunas veces no nos damos cuenta, pero en otras ocasiones, cuando vemos algo que nos llama la atención, sobre todo si está hecho por la mano del hombre, nos preguntamos quién estará detrás de aquello. Edificios, obras de arte, incluso cosas mucho más modestas, como un campo bien labrado, tienen detrás a una persona que dejó sudor, esfuerzo e imaginación y bien hacer para que aquello lo veamos como lo vemos.
André Le Nôtre, arquitecto y pintor, descendiente de una familia de jardineros, es recordado sobre todo por haber diseñado algunos de los más bellos jardines del mundo, entre ellos los que alegran el entorno del Palacio de Versalles.
Le Nôtre trabajaba a las órdenes de Nicolás Fouquet, el inefable superintendente de finanzas de Mazarino, pero cuando su protector murió, Fouquet cayó en desgracia y el espabilado de Luis XIV, sabedor de que a Fouquet le gustaba rodearse de lo mejorcito, reclutó al jardinero y le encargó el diseño y construcción de los jardines versallescos.
En Versalles, Le Nôtre desarrolla nuevos conceptos, jugando con luces y sobras, alternando bosquetes que procuran espacios más oscuros, con parterres luminosos. Esa alternancia también consigue dar al espacio una magnífica amplitud.
Su influencia fue notable en el siglo XVIII, como lo demuestran los jardines del palacio real de Caserta (1752), quizá los que mejor asimilaron el espíritu de Le Nôtre. Otros se fijaron más en la pompa de Versalles que en la sensibilidad del autor de sus jardines, como son los casos de los dieciochescos jardines de Schönbrunn, en Austria, Peterhof, en Rusia, y La Granja, en España.



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